Hoy en día, el calentamiento global causado por la emisión de gases de efecto invernadero es un tema ineludible, tanto para mostrar los adelantos que hay para combatirlo y reducir sus efectos, como para criticar a quienes lo empeoran. En este caso sabremos cuál es el país que le da clases al mundo sobre cómo hacer la transición, y la forma en que España toma esas lecciones e intenta competir para superarlo.
El aprendizaje de un país puede encaminar al resto
Las consecuencias que ha producido hasta ahora el cambio climático en el planeta son apenas el comienzo de lo que se podría esperar en un futuro no muy lejano, y si no se toman las medidas correctivas mientras hay tiempo, podría causar un daño inimaginable a toda forma de vida terrestre. Afortunadamente, aún existe la posibilidad de realizar cambios oportunos que permitan revertir sus efectos dañinos.
De hecho, en diversos sectores energéticos y científicos del mundo, hay mucho interés por investigar y desarrollar nuevas fuentes de energía limpias que permitan realizar las diferentes actividades humanas sin dañar el ambiente. Como muestra, hay un país que le da clases al mundo sobre cómo llevar adelante la transición, y España, por su parte, hace lo suyo para aprender e intenta competir para superarlo.
Es indispensable expandir el uso de las energías limpias
En el escenario climático actual, se buscan diversas soluciones para reducir la emisión de gases de efecto invernadero, en este sentido, China es el país que sigue liderando la transición energética. Ha demostrado claramente que sí es posible hacer de las ciudades lugares de progreso que al mismo tiempo sean sostenibles, empleando para ello tecnologías especializadas que permitan la transición energética.
Para llevar adelante este cambio de paradigma, el gigante asiático efectúa diversos experimentos en algunos lugares donde le dan la máxima preponderancia al desarrollo y uso de las fuentes de energía renovables. Un modelo muy interesante que ilustra esta visión es el Centro de Innovación de Escenarios «Cero Carbono» de Changzhou, en la provincia china de Jiangsu, que solo emplea energías eólica y solar.
Además, su estructura está hecha con elementos de reciclaje e incorporaron plantas en su superficie que tienen las funciones de eliminar el CO2 presente en el ambiente y de refrescar su interior. Esta tendencia no se limita a las edificaciones, sino que ciertas industrias, como AkzoNobel, que fabrica pinturas, trabajan con energías renovables (como la obtenida con los paneles solares que han instalado en lo alto del Tíbet).
Asimismo, su objetivo es lograr esa misma cobertura en el resto de sus centrales chinas en 2030, mientras que en sus sucursales que están en Europa y América ya lo hicieron. China está comprometida con alcanzar la transición energética, y ya ha obtenido resultados importantes, pues la expansión del uso de buses eléctricos y de las renovables hicieron que Beijing disminuyera el 40% de su contaminación.
España entró en la carrera de la transición energética
Los datos de Eurostat muestran el compromiso de España con la transición energética, pues llevó su uso de energías renovables al 24,9%, lo cual le permitió superar el 24,5% promedio del resto de los países de la UE. Este crecimiento, que fue de 2.96% en un año, es muy positivo, pero hay que desarrollarlo más, porque existen muchos recursos naturales que permitirían diversificar y fortalecer su sistema de energía.
En conclusión, China es el país que lidera la transición energética, y el Centro de Innovación de Escenarios «Cero Carbono» de Changzhou, en la provincia china de Jiangsu, es una demostración de cómo se pueden realizar construcciones con energías limpias. Por otra parte, España está demostrando su interés en desarrollar fuentes energéticas renovables (solo que respecto a estas la península está en una paradoja).













