La escasez de agua en Oriente Medio podría terminar: Ya no tendrán que bombardear nubes

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Publicado el: 20 de febrero de 2025
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Agua

El bombardeo de nubes es un método bastante conocido para paliar la escasez de agua haciendo llover, pero en Oriente Medio se está impulsando una idea que podría ser mucho más efectiva. Veamos en qué consiste.

En Oriente Medio la escasez de agua es extrema pero ya han encontrado la solución ideal

Debido al crecimiento demográfico y los cambios climáticos el agua se ha convertido en un recurso muy escaso en algunas regiones del mundo y aunque el Medio Oriente se ha caracterizado por el predominio de hábitats desérticos en buena parte del territorio en la actualidad la falta de precipitaciones se ha acentuado.

Por otro lado, se trata de una región rica en petróleo por lo que muchos de los países en esta parte del mundo cuentan con los recursos económicos necesarios para realizar estudios y proyectos orientados a subsanar la falta de agua.

En este contexto, en los Emiratos Árabes Unidos se han enfocado en un estudio con el cual se ha comprobado la posibilidad de alcanzar precipitaciones mediante granjas solares, con la hipótesis de que las corrientes ascendentes de las placas solares fotovoltaicas podrían provocar tormentas.

El estudio realizado en 2020 plantea la posibilidad de provocar lluvias con parques solares del tamaño de una ciudad que crean su propio clima. El calor de estas grandes extensiones de placas solares puede causar corrientes ascendentes que, en las condiciones adecuadas, generan tormentas, proporcionando así agua para miles de personas.

Lo nuevo para enfrentar las sequías: Granjas solares que producen lluvias

Se trata de un proyecto alternativo a las costosas plantas de desalinización y al rocío de nubes con partículas de yoduro de plata desde aviones. Una iniciativa con la cual un grupo de científicos supone que una superficie de 20 kilómetros cuadrados cubierta de paneles solares puede proporcionar agua a una comunidad de 30 mil personas.

A través de modelos computarizados, en el estudio realizado por científicos alemanes y financiado por el gobierno de EUA, se comprobó que la instalación en el desierto de parques solares extraordinariamente grandes (superiores a un millón de kilómetros cuadrados) podría aumentar las precipitaciones.

Sin embargo, según Zhengyao Lu, científico de la Universidad de Lund y autor principal del estudio, la obtención de lluvias en el desierto podría tener un costo muy alto: la alteración de los patrones de viento, es decir, los parques solares empujarían las bandas de lluvia tropical hacia el norte, lo que provocaría excesivas e intensas precipitaciones en otras regiones como la Amazonia.

La instalación de gigantescos parques solares en los desiertos podría provocar un diluvio

Los resultados obtenidos por los científicos son bastante prometedores: El calor generado por una isla con placas solares de 20 kilómetros cuadrados induciría un aumento de las lluvias 571 616 metros cúbicos al día, significando esto el suministro de agua para más de 30 mil personas.

Más allá de los resultados cuantitativos está la posibilidad de aprovechamiento de las infraestructuras solares actualmente disponibles, pues se tendría una solución integrada en el sentido de que, por un lado, se obtendría energía limpia y por otro se estaría enfocando el problema de la escasez de agua.

Estos gigantes parques solares no serían completamente productivos de agua en todas las regiones, pues el funcionamiento de esta iniciativa requiere de fuentes de humedad atmosférica, y en el caso de EUA serían favorables los vientos húmedos de gran altura procedentes del Golfo Pérsico, al igual que en regiones como Namibia y la península de Baja California en México.

Además, las placas solares deben tener superficies más oscuras que las fabricadas actualmente, incluso hoy en día predomina el uso de material reflectante en su fabricación con la idea de mejor el rendimiento térmico.

En conclusión, no será sencillo acabar con las nefastas consecuencias de la escasez de agua en Oriente Medio sabiendo que la implementación de gigantescas islas de calor plantea desafíos logísticos, ecológicos y sociales, por lo que por ahora se tendrá que seguir bombardeando las nubes.