Panamá, una nación centroamericana conocida por sus paisajes marítimos y su temperatura cálida, ha sido protagonista de un nuevo proyecto que crea un aislante biodegradable confeccionado a partir de desechos de la industria agropecuaria que podría reemplazar al convencional aislante de construcción derivado del plástico y de difícil eliminación.
¿Cuál es este novedoso aislante de construcción?
Nacarí Marín Calvo, profesora e investigadora del Centro Regional de Azuero de la Universidad Tecnológica de Panamá (UTP), realizó junto a su equipo un experimento en el que utilizó los desechos de cascarilla de arroz tan abundantes en su zona.
A partir de la combinación de la cascarilla de arroz y de papel periódico reciclado obtuvo un material de altas características aislantes y termoacústicas apto para utilizar como aislante de construcción de edificios y viviendas particulares con recursos sostenibles.
En la búsqueda de nuevos materiales de composición más amigable con el medio ambiente, sobre todo para la construcción que es la segunda industria más contaminante en la fabricación y eliminación de sus recursos, Marín Calvo midió propiedades únicas en los desechos orgánicos.
Características del material fabricado a partir cascarilla de arroz
El estudio publicado en Frontiers in Built Environment, da más detalles de las características y procedimientos realizados en el experimento. Con el objetivo de crear un aislante de construcción con desechos orgánicos se encontró con un elemento abundante en su zona.
La ciudad que habita el equipo de investigación se dedica mayormente a la industria agropecuaria y sobre todo al cultivo de arroz. Teniendo en cuenta que en Panamá supera los seis millones de quintales al año de este producto, es mucho el residuo que genera.
Hasta aquí, los residuos derivados de la cosecha y la producción de la industria arrocera terminaban en vertederos para incineración o como materia orgánica para el campo, pero su abundancia generó la atención de Marín Calvo para desarrollar un nuevo aislante de construcción.
Conociendo las propiedades de baja conducción térmica de la cascarilla de arroz, concluyeron utilizarlo para este proyecto combinado con otros materiales que pruebe su capacidad como aislante de construcción, su densidad, flexibilidad y resistencia.
Conclusiones del experimento
El experimento comenzó teniendo la certeza de que la cascarilla de arroz posee un coeficiente de conductividad térmica de 0.036 W/m K. A partir de allí, generaron una mezcla utilizando tres componentes más: hojas de periódico reciclado, cola vinílica y bórax.
Combinaron esa mezcla en distintos recipientes, utilizando distintas proporciones de cada elemento para evaluar la mejor composición que conduzca a un aislante de construcción de propiedades óptimas.
Las mezclas se vertieron en moldes de un largo de 6.5 cm, un ancho de 6.5cm y un espesor de 1.3 cm. Posteriormente las llevaron a un horno a 200° durante 25 minutos. Y luego fueron expuestos al sol para su secado final.
El material obtenido demostró tener muy buenas características como aislante de construcción. Observaron que la capacidad del material para conducir el calor estaba entre 0,0409-0,04607 vatios por metro Kelvin (W/mK), comparado con otros de origen vegetal con 0,027 y 0,1 W/ m/K.
En términos de resistencia a la tracción, la tensión máxima que puede soportar un material al estirarlo sin que se rompa comprobaron que ofrecía el mismo valor que el papel, el cemento o la arena. El valor obtenido entre fuerza media y mayor fue 1,31 y 1,76 megapascales (MPa).
Y por último, la resistencia a la compresión, es decir cuánto peso puede soportar la mezcla se obtuvo valores entre los 20,19 y 21,23 MPa.
Las conclusiones a las que llegaron fueron muy satisfactorias, teniendo en cuenta las características de bajo costo, amplia disponibilidad y baja densidad de la cascarilla de arroz es un elemento competitivo con respecto a la materia prima de otros aislantes de construcción. Si bien aún es un proyecto, esperamos que pronto esté disponible en el mercado.













