El mundo intenta detener la «locura atómica» de Japón: la «madre de todas las bombas» desencadenará el caos

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Publicado el: 24 de junio de 2024
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Japón

Grandes innovaciones se están llevando a cabo en el ámbito del transporte marítimo, como este barco de competición impulsado por hidrógeno. Sin embargo, el transporte marítimo sigue emitiendo una gran cantidad de gases de efecto invernadero. Es por eso que Japón acaba de mostrar un fuerte interés por un inesperado tipo de combustible: el amoniaco. Esta sustancia tóxica podría ser el combustible del futuro.

Japón llenará sus barcos con amoniaco

Los grandes buques que transportan recursos y mercancías de un extremo a otro del planeta son la base del comercio global y una porción muy importante de la economía japonesa. Sin embargo, hasta el momento, los combustibles más usados en el transporte naval son residuos o derivados del petróleo, o, en el mejor de los casos, el gas natural licuado.

El hidrógeno verde sería una de las mejores alternativas como combustible para barcos, pero este gas presenta serias dificultades en su almacenamiento y transporte, ya que requiere de tanques de alta presión que sean capaces de almacenarlo en forma de gas comprimido o en estado líquido. Las particularidades del transporte marítimo también son un problema para la seguridad del H2 almacenado.

La solución que han propuesto las autoridades japonesas para reducir el CO2 de sus barcos es el amoniaco verde, una sustancia que es ampliamente utilizada como fertilizante y en productos de limpieza y que puede representar el combustible del futuro. El amoniaco se compone de hidrógeno y nitrógeno, por lo que resulta sencillo de separar mediante reacciones químicas para aprovechar el gas de hidrógeno.

Beneficios del amoniaco como combustible

El amoniaco es una industria fuerte en las islas japonesas, aunque los métodos de producción que se emplean actualmente para producirlo generan entre el 1% y el 2% de las emisiones de gases de efecto invernadero. Por esta razón, hacer una transición hacia la producción de amoniaco azul y amoniaco verde, sería doblemente beneficioso para la economía del país asiático.

El amoniaco no sólo es un excelente combustible naval por sí mismo, sino que también es la forma más segura y práctica de transportar hidrógeno, sin los elevados costes que suponen los sistemas de almacenamiento de alta presión. El plan inmediato de las autoridades japonesas es iniciar la producción de amoniaco azul, que consiste en incorporar un sistema de captura de carbono en la producción.

De esta manera, se podrá producir amoniaco en las instalaciones actuales, pero se compensarán las emisiones capturando carbono del ambiente para su almacenamiento o reutilización, reduciendo sustancialmente las emisiones de esta industria. En principio, se produciría amoniaco azul para su uso en plantas eléctricas de carbón, lo que permitiría alimentar unos 70000 hogares con energía baja en emisiones.

Los desafíos del amoniaco verde

Las autoridades internacionales han anunciado que, para reducir a cero las emisiones de CO2 para el 2050, el 30% de las embarcaciones debe emplear amoniaco como combustible. Este país podría estar dando un importante paso en este objetivo que es clave para poder evitar la posibilidad de una crisis climática con consecuencias irreversibles.

Las compañías niponas están enfocando ahora mismo sus recursos en establecer una nueva cadena de suministro para poder empezar a producir amoniaco libre de emisiones tan pronto como sea posible. Los planes para la implementación del amoniaco en plantas de energía de carbón ya están avanzados y para 2050 Japón prevé contar con al menos una planta eléctrica 100% de amoniaco.

Una industria prometedora

El hidrógeno verde viene ganando cada vez mayor protagonismo como fuente alternativa de energía libre de emisiones y con gran potencial y eficiencia. Este combustible no sólo es una gran promesa de sustentabilidad, también abre la posibilidad de un gran mercado. España podría tener una fuerte presencia en este nuevo mercado, gracias a muchas inversiones extranjeras para producir amoniaco verde.