El derretimiento del hielo está provocando una baja salinidad que induce una muerte masiva de especies clave en el ecosistema de la Antártida, tales como estrellas y erizos de mar. Aquí te contamos como la alta temperatura y la poca sal hacen una combinación mortal.
En la Antártida la muerte masiva de especies marinas tiene que ver con la sal
Nick Barrett, biólogo investigador de la Universidad de Cambridge, llevó a cabo una serie de estudios sobre algunas especies de la fauna marina de la Antártida, obteniendo un conjunto de asombrosos hallazgos.
El científico, también adscrito al British Antarctic Survey (BAS), realizó estudios a corto plazo que le permitieron entender las vulnerabilidades de algunas especies, pero fueron sus estudios a mediano plazo los que le permitieron obtener indicadores de las posibilidades de adaptación de estas especies.
Las investigaciones realizadas por Barrett también le ayudaron a concebir estrategias de conservación para garantizar el equilibrio en el ecosistema antártico.
Las altas temperaturas están reduciendo los niveles de sal de las aguas marinas
El interés de los investigadores del calentamiento de la zona ártica ha estado centrada en los efectos de la acidificación oceánica en el ecosistema, y se ha dejado de lado los efectos de la disminución de la concentración de sal en el agua de mar, lo que estaría incidiendo en el estrés osmótico de las especies.
La razón es que en las regiones polares hay una gran cantidad de agua dulce retenida en forma de hielo, y cuando se produce el calentamiento el deshielo puede liberar grandes cantidades de esta agua no salina en los ecosistemas cercanos a la costa, reduciendo así la salinidad.
Los efectos de las altas temperaturas y su incidencia en la salinidad de las aguas afectan la supervivencia de algunas especies y esto a su vez provoca un desequilibrio a lo largo de la cadena alimentaria.
Los cuerpos blandos a quienes les hace daño la poca sal
Las investigaciones demuestran que las distintas especies muestran una tolerancia variable a la salinidad. Los estudios realizados por Barrett han demostrado la fragilidad de especies como la estrella de mar, puesto que no solo es incapaz de soportar la baja salinidad sino que además no sobrevive en ambientes con temperatura superior a 2 °C.
El investigador realizó un estudio del comportamiento de las especies, ingeniosamente colocó a cada una de las especies boca abajo y luego esperó a que estas recuperaran la posición vertical, procediendo a medir el tiempo.
En el caso de los pepinos de mar, debido a su forma cilíndrica no pudo aplicarse el método de estudio descrito, por lo tanto, se contaron las contracciones musculares ondulantes de los pepinos, un movimiento parecido al de los gusanos de tierra.
Extraños comportamientos ante las variaciones de temperatura y la sal
Utilizando un valor estándar como grupo control se realizaron tratamientos con un nivel variable de salinidad y con tendencia a la disminución. Se trató de 24 horas de exposición con 5 días de recuperación bajo condiciones de salinidad ambiental, analizándose los signos de vida y la respuesta de actividad
Las 6 especies de equinodermos de la Antártida que fueron estudiadas serían las siguientes:
- 1 erizo de mar (sterechinus neumayeri)
- 1 estrella de mar (Odontaster validus)
- 1 ofiuro (Ophionotus victoriae)
- 3 Pepinos de mar (Cucumaria georgiana, Echinopsolus charcoti y Heterocucumis steineni)
Los efectos de los cambios en la salinidad de agua de mar se midieron a través de los niveles de sal sanguínea, la tasa metabólica y la actividad física en las especies recolectadas en aguas de 10 a 20 m de profundidad de la Bahía Ryder de la isla Adelaida.
En conclusión, la muerte masiva de especies marinas en la fría región de la Antártida tiene una causa principal y es el deshielo que actualmente produce el calentamiento global, porque el derretimiento del hielo está provocando una baja salinidad de las aguas que termina por afectar a especies claves en este ecosistema.








