España lleva ya un buen tiempo buscando alternativas sustentables para deshacerse de los plásticos, como esta curiosa pasta de dientes que viene en pastillas y no usa empaques de plástico contaminantes. No obstante, acontecimientos recientes en el Ártico han demostrado que estas medidas todavía no son suficientes y debemos encontrar pronto una manera de solucionar este problema.
España ha colonizado el Ártico y no es una buena noticia
El Círculo Ártico es una región inhóspita ubicada en el extremo norte de nuestro planeta, cubierta de incontables capas de nieve y hielo ancestral que vuelven a este territorio inaccesible e inhabitable, por lo que se considera un territorio virgen de presencia humana. Sin embargo, nuestra presencia ha dejado, durante los últimos dos siglos, una huella imborrable en el planeta que se extiende hasta cada rincón.
Hemos logrado cosas importantes como la exploración científica que nos ha permitido descubrir increíbles tesoros del pasado más remoto de nuestro planeta, pero no todo es tan positivo. Incluso allá donde nuestras pisadas son más escasas debido a las dificultades de acceso y supervivencia, suelen llegar vestigios de nuestra cultura y civilización que no siempre son bienvenidos.
Testimonio de esto es el hallazgo por parte de un equipo de investigación del Instituto Centro Helmholtz de Investigación Polar y Marina que se encontraron con envases plásticos de varias marcas originarias de España nada menos que en el Ártico. Empaques desechados de marcas provenientes de Guipúzcoa y Almería, por citar sólo dos ejemplos, son testimonio del mal manejo de los desechos plásticos.
El problema del manejo de plásticos
En Europa se viene trabajando desde hace un buen tiempo en propuestas y políticas de economía circular que permitan tratar los desechos plásticos de manera eficiente y sustentable. Existen ya diversas regulaciones, plantas de tratamiento y tecnologías que permiten recuperar los plásticos desechados pero el porcentaje de plásticos recuperados es aún muy pequeño, apenas un 9% de los desechos totales.
El plástico es un material altamente contaminante que tarda miles de años en descomponerse, suponiendo un peligro especialmente para los ecosistemas marinos, donde no podemos acceder para recogerlos. Se estima que, anualmente, se vierten alrededor de 12 millones de toneladas de plástico en mares y océanos del mundo, los cuales pueden llegar a sitios tan remotos como el Ártico.
En España, el principal problema aparece en nuestro mar Mediterráneo, donde los desechos se acumulan en las llamadas «trampas para plástico». Se trata de cuevas submarinas y valles entre formaciones montañosas donde se van apilando destruyendo ecosistemas enteros. Muchas especies los confunden con alimentos y moradas provocando su muerte y rápido descenso demográfico.
Cómo evitar la colonización del plástico
En España se han puesto en marcha diferentes iniciativas y políticas para evitar que los desechos lleguen a los océanos y mares. Se ha demostrado que la principal fuente de plásticos que llegan al mar son los barcos de transporte, pero también hay una seria problemática con el manejo de desechos urbanos, donde los mismos no se tratan adecuadamente.
En muchas ciudades españolas se han instalado letreros en las alcantarillas que advierten «el mar empieza aquí». Es una forma de concientizar a la población acerca de la importancia de deshacerse adecuadamente de los desperdicios, mostrando que un empaque de plástico que es tirado despreocupadamente en una acera de Guipúzcoa, puede terminar formando una enorme isla de basura en el Ártico.
¿Es posible revertir el problema?
Ciertamente, aunque el panorama pueda parecer poco alentador, nuestra sociedad está avanzando hacia hábitos más sustentables y manejo más eficiente de los desechos sólidos de nuestras ciudades. Recientemente nuestro país ha desarrollado una ingeniosa manera de deshacerse del llamado «monstruo del mar», lo que demuestra que existen muchas maneras de limpiar los mares y océanos de nuestro planeta.








