Los astrónomos no dan crédito: el cometa interestelar 3I/ATLAS se acerca a la Tierra (a 270 millones de kilómetros) y deja nuevas pistas en rayos X

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Publicado el: 19 de diciembre de 2025 a las 21:16
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El cometa interestelar 3I/ATLAS cruza el cielo con una cola de plasma azul, fotografiado desde June Lake

El cometa interestelar 3I/ATLAS realizó su aproximación más cercana a la Tierra en la madrugada del viernes 19 de diciembre (a la 1.00 EST, las 7.00 en la España peninsular), cuando se situó a cerca de 168 millones de millas (unos 270 millones de kilómetros) de nuestro planeta, una distancia equivalente a casi el doble de la separación media entre la Tierra y el Sol. Los astrónomos explican que el paso no entraña peligro, pero sí supone una ventana excepcional para estudiar un visitante formado alrededor de otra estrella.

3I/ATLAS fue detectado el 1 de julio de 2025 por el sistema de sondeo ATLAS en Chile (financiado por la NASA) y se ha convertido en el tercer objeto interestelar confirmado que cruza nuestro vecindario cósmico, tras 1I/‘Oumuamua (2017) y 2I/Borisov (2019). En términos científicos, el interés no está en lo espectacular (no es un cometa visible a simple vista), sino en lo raro. Cada observación aporta piezas sobre la química y la física de cuerpos helados que no se han “cocinado” en el mismo entorno que los cometas del Sistema Solar.

La NASA reconoce una incertidumbre sobre el tamaño del núcleo, precisamente porque la coma (la nube de gas y polvo) complica medir el “hueso” real del cometa. Aun así, las estimaciones basadas en observaciones del Hubble acotan el diámetro del núcleo entre, aproximadamente, 440 metros y 5,6 kilómetros. Esa horquilla ilustra bien el reto de trabajar con objetos rápidos, débiles y en retirada, cuyo brillo cambia a medida que el Sol calienta sus hielos superficiales.

La sorpresa más llamativa de las últimas semanas no ha llegado por la luz visible, sino por el rango de alta energía. La misión XRISM (JAXA, con participación internacional) observó 3I/ATLAS durante alrededor de 17 horas entre el 26 y el 28 de noviembre y captó el cometa en rayos X, un registro inédito para un cometa interestelar. El patrón de emisión se interpreta como el resultado de la interacción entre el viento solar y los gases del cometa, con firmas de elementos como carbono, nitrógeno y oxígeno.

En paralelo, la NASA ha explicado que varias naves y telescopios han aprovechado el tránsito para recabar datos, con el objetivo de comparar su actividad con la de cometas “locales”. En la práctica, el cometa se comporta como un cometa, con desgasificación y eyección de material, aunque su órbita hiperbólica lo delata como un cuerpo que no está ligado gravitacionalmente al Sol y que seguirá su ruta hacia el exterior del Sistema Solar.

El componente social del episodio ha sido casi tan intenso como el científico. La especulación sobre un posible origen artificial, agitada en redes y por voces conocidas, ha obligado a los equipos científicos a insistir en lo obvio y demostrable (que no hay evidencias de “tecnofirmas” en los datos públicos disponibles). En términos periodísticos, lo relevante no es el ruido, sino la asimetría de pruebas (para sostener una hipótesis extraordinaria harían falta indicios extraordinarios, y hoy no están).

Cómo seguir 3I/ATLAS sin telescopio

El cometa es tenue y, para la mayoría, difícil, incluso con equipos domésticos. Aun así, existen herramientas razonables para seguirlo y entender qué está ocurriendo.

  • Simulación “Eyes on the Solar System” de la NASA (seguimiento de posición y trayectoria en 3D). 
  • Preguntas y datos básicos en Science@NASA (tamaño, seguridad, por qué se clasifica como cometa). 
  • Emisiones en directo de observatorios privados como Virtual Telescope Project (programadas en torno a la ventana del sobrevuelo, según la meteorología).

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