Hay un autogenerador completamente revolucionario para carreteras. ¡Puede convertir el tráfico en electricidad! Increíble, pero cierto. Se llama Enlil y es un aerogenerador compacto y vertical que gira con el impulso de los coches circulando a gran velocidad por autovías. Tecnologías como la inteligencia artificial y las comunicaciones inalámbricas están transformando la relación entre la vía y el vehículo. Teniendo en cuenta el contexto energético en el que nos encontramos, la empresa turca Deveci Tech ha desarrollado el aerogenerador compacto Enlil, que aprovecha el impulso del aire que provocan los coches al pasar cerca a gran velocidad.
Con este autogenerador, los coches convencionales, vistos desde hace años como medios de transporte contaminantes, pueden proporcionar energía limpia a las poblaciones cercanas o crear un círculo cerrado de autoabastecimiento en autovías. También puede ser utilidad en parques o en lo alto de las casas. Los coches que pasan a gran velocidad generan una fuerza innegable. Ese impulso puede servir como fuente para una energía limpia, igual que sucede con el sol, el agua o el viento natural.
Cada vez hay más paneles solares en los bordes de las carreteras o en algunos postes de circulación. Este recurso suele emplearse para mantener siempre activos los semáforos, farolas y otros sensores y servicios destinados al tráfico. No es tan común hallar aerogeneradores por su diseño y enorme tamaño. Dejando de lado las grandes turbinas ubicadas en los campos de España, se están popularizando cada vez más las piezas compactas y verticales que pueden transformar ligeras rachas de viento en energía constante para sistemas más sencillos.
El autogenerador que genera electricidad y revoluciona el mundo de la energía
Estos modelos de menor tamaño y complejidad pueden instalarse en los techos de las casas o en los bordes de las carreteras. La empresa turca Deveci Tech ha diseñado esta torre que produce electricidad a partir del viento ocasionado por la velocidad de los coches. Además, puede servir como soporte para paneles solares.
No importa si los vehículos que pasan son de combustión o eléctricos, el tráfico a alta velocidad acciona estas turbinas, cuyo mayor enemigo son los atascos. Las aspas curvas y alargados se ponen en contra de la dirección de los automóviles para tomar aire y girar.
Para probar la efectividad de su invento, Deveci Tech instaló la primera turbina Enlil en una calla de Estambul entre dos vías en direcciones opuestas. Según explica la entidad, su turbina eólica de carretera puede generar 1 kWh de electricidad por hora cuando el tráfico es denso, pero es muy importante que sea fluido.
Tiene un sistema “SMART” integrado con la capacidad de integrar varias herramientas adicionales. Dichas torres analizan la calidad del aire, detectan terremotos y gestionan el tráfico. En su estructura traen, según determina cada gobierno local o nacional, sensores para medir el nivel de dióxido de carbono (CO2) y otros sensores para recopilar datos del tráfico. También podría facilitar la conexión de los coches autónomas en el futuro y servir como estación Wi-Fi integrada.
Enlil no es la única propuesta de los últimos años
Enlil no es el único aerogenerador vertical que se ha visto en los últimos años. La compañía israelí Flower Turbines, con sede en Estados Unidos y los Países Bajos, dispone de un modelo parecido con forma de tulipán. Su diseño vertical hace que sea favorable tanto en zonas urbanas como en el campo porque no supone riesgo alguno para los pájaros, al contrario de lo que sucede con los aerogeneradores de molino.
Proyectes como Enlil son un paso más hacia una nueva forma de energía que podría cambiar el mundo tal como lo conocemos.











