Los centros de datos, esos “almacenes” de ordenadores donde vive buena parte de internet, están creciendo al ritmo de la inteligencia artificial. Badajoz quiere subirse a esa ola con un macrocomplejo que combina inversión millonaria, suelo industrial y un detalle nada menor: mucha electricidad.
Según la información publicada por el periodista Samuel Saco y la documentación de la Junta de Extremadura, la iniciativa de Data Riocaya S.L.U. moviliza 1.913 millones de euros y prevé 330 empleos ligados al funcionamiento del campus. El proyecto arrancaría obras en 2026 y, si se cumplen los plazos, estaría operativo hacia 2031. La pregunta es inevitable: ¿qué se necesita para que una “fábrica de IA” funcione de verdad?
Una “fábrica” de cálculo en la Plataforma Logística
El centro se levantará en la Plataforma Logística del Suroeste Europeo, en el término municipal de Badajoz. Ocupará cinco parcelas y superará las 22 hectáreas, según el expediente del Gobierno regional.
La promotora es Data Riocaya S.L.U., con sede en Cáceres y vinculada al grupo Nostrum, que lleva años desarrollando proyectos de este tipo. Cuando hablan de una “AI Factory”, no es una planta con robots, sino un edificio lleno de servidores muy potentes para entrenar y ejecutar sistemas de inteligencia artificial, como los que ya usamos en móviles, redes sociales o traductores. Mucha potencia, pocas luces de neón.
Premia: el atajo administrativo para proyectos “estratégicos”
La Junta ha declarado el plan como Proyecto Empresarial de Interés Autonómico, conocido como Premia. En la práctica, significa prioridad en la tramitación y plazos más rápidos para poner el proyecto en marcha.
Ese sello también puede facilitar ayudas ligadas al empleo y la tramitación urgente de permisos, además de allanar la declaración de utilidad pública de infraestructuras necesarias, como las eléctricas. Data Riocaya pidió este reconocimiento en mayo de 2025 y el Consejo de Gobierno lo aprobó el 11 de noviembre, antes de publicarse el decreto en el diario oficial autonómico. Con esta decisión, Extremadura suma ya una docena de proyectos reconocidos como Premia.
El gran punto sensible: la energía para alimentar el campus
El campus tendrá acceso a la red eléctrica de hasta 300 megavatios, ampliable después a 500. Para aterrizarlo, es una potencia comparable a la de miles de cargadores rápidos de coches eléctricos funcionando a la vez o al consumo de una ciudad mediana, a muy grandes rasgos.
¿Por qué tanto? Porque los servidores consumen mucho y, sobre todo, porque hay que enfriarlos. Si en verano ya se dispara el aire acondicionado en casa, imagina una nave con máquinas trabajando 24 horas: la refrigeración es parte del negocio. La Junta y la empresa hablan de eficiencia y de apoyarse en renovables, y el diseño contempla subestaciones y líneas de alta tensión para garantizar el suministro.
Empleo y calendario: de las obras a la operación diaria
La documentación Premia fija 330 empleos equivalentes a jornada completa para operar el centro, además de puestos indirectos durante la construcción y en proveedores. Nostrum Group ha manejado cifras más altas en presentaciones, como más de 2.000 empleos en obras y varios centenares estables en la fase de operación, aunque esas cifras no aparecen como compromiso en el decreto.
Para Extremadura, el proyecto encaja en una estrategia de atraer economía del dato y reforzar su imagen como destino para infraestructuras tecnológicas de alto consumo energético. La ubicación, con conexión por carretera y ferrocarril y cerca de Portugal, busca sumar un “efecto llamada”, junto a otros campus de datos previstos en Navalmoral de la Mata y Valdecaballeros. No es poca cosa.













