La rehabilitación de viviendas es de mayor beneficio que el bono social

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Publicado el: 26 de diciembre de 2023
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Bono social rehabilitacion de viviendas

La rehabilitación de viviendas otorga un beneficio mayor que el bono social. Elisenda Jové-Llopis y Elisa Trujillo-Baute, ambas investigadoras de la Cátedra de Sostenibilidad Energética de la Universidad de Barcelona, han publicado un informe Funseam donde analizaron las políticas más efectivas para ir contra la pobreza energética. El año pasado, un 9,3% de la población de la Unión Europea no pudo mantener su vivienda con un nivel de comodidad óptimo a nivel térmico. Las ayudas para combatir este problema continúan en cada uno de los estados miembros y España es uno de los más se ha involucrado.

Prueba de ello son el bono social de electricidad de 2009, el bono social para calefacción que se otorgó en 2018 y el Programa PREE (Rehabilitación Energética de Edificios). Los dos primeros son ayudas económicas que toman como punto de referencia los ingresos familiares, mientras que el segundo pone el foco en la reducción del gasto eléctrico. En el informe se han analizado los resultados que tuvieron todas esas ayudas y su influencia real acabando con la pobreza energética del país.

Un dato final al que se llegó a partir de los datos de la Encuesta de Presupuestos Familiares del Instituto Nacional de Estadística, que recopila información sobre el consumo de más de 20.000 familias.

¿Qué es la pobreza energética?

Hablamos de “pobreza energética” cuando los hogares son incapaces de satisfacer la cantidad mínima de servicios energéticos para sus necesidades básicas, como el mantenimiento de una vivienda en condiciones de climatización adecuadas para la salud. Instituciones como la Cruz Roja recuerdan que contar con las condiciones básicas para vivir es un derecho de cada ciudadano y no un privilegio.

Hace unos años atrás, la plataforma de un Nuevo Modelo Energético señaló que existen cuatro causas que agravan esta situación son las bajas rentas, los altos precios de la energía, la mala calidad de los edificios y las pocas ayudas y subvenciones. Sobre estos dos puntos trata este informe que busca maneras efectivas de que todos tengan unas condiciones dignas de vida.

Alcance del bono social y la rehabilitación de viviendas

Analizando los resultados, se llega a la conclusión de que el bono social de ambos años es eficaz para bajar la pobreza energética. Sin embargo, las políticas que se basan en ingresos económicos no terminan con la situación de vulnerabilidad. En el mejor contexto posible, este bono social solo logra sacar de la pobreza energética al 9% de los hogares.

En contraposición, la rehabilitación de viviendas podría lograr resultados asombrosamente mejores. El 91,9% de las casas alcanzarían una situación mejor de la que vislumbran hoy, siempre que se empleen todas las medidas pertinentes. Las investigadoras exponen que el aislamiento de la fachada y la instalación de calderas de condensación son las que consiguen un mayor ahorro, mientras que con la iluminación eficiente ocurre lo contrario, es la que menor impacto de ahorro tiene.

Los resultados del informe sacan a la luz que, si bien el promedio medio prevé una mayor reducción en el número de hogares pobres en energía, los datos son “muy heterogéneos según el tipo de acciones”. Uno de los puntos clave de la investigación es que la mayor reducción de la pobreza energética viene cuando se aplican de manera conjunta medidas de ingresos y gastos.

Ahora el desafío es las medidas de eficiente energética ayuden a esos hogares vulnerables a los que les cuesta salir de su realidad. Jové-Llopis y Trujillo-Baute reclaman un mayor compromiso financiero y más investigación para que los datos globales de energía, clima, pobreza y salud mejoren. Su sola contribución  deja claro que la rehabilitación de viviendas es más efectiva que los bonos sociales.