Desde que se inauguró en 2009, el Burj Khalifa ha sido el rey indiscutible de los rascacielos. Con sus impresionantes 829.8 metros de altura, fue un desafío permanente a la gravedad y un imán para los viajeros que peregrinan a Dubái. Durante quince años, nadie ha podido ni siquiera acercarse a quitarle la corona, pero eso no significa que vayan a resignarse, pues la obsesión humana por construir más alto nunca termina y ahora, el reinado del Burj Khalifa, que parecía seguro, está a punto de ser desafiado por un aspirante que busca no solo superarlo, sino pulverizar todos los récords anteriores.
Un megaproyecto que superará al Burj Khalifa
El ser humano siempre ha intentado tocar el cielo, y el Burj Khalifa es la prueba de ello. Levantar un coloso de esa altura no fue solo un capricho, sino un asombroso esfuerzo de ingeniería que requirió bombear concreto a alturas récord y diseñar estructuras que pudieran vencer a la gravedad y a los vientos huracanados
Pero, mientras el mundo admira esos 829.8 metros en Dubái, hay una nueva obra que está a punto de empezar a escribir nuevas reglas en la construcción. Se trata de un megaproyecto que pondrá a prueba hasta el último límite de la ingeniería y la arquitectura. La construcción de este nuevo coloso es tan ambiciosa que ha estado congelada durante años, envuelta en problemas financieros, retos políticos y técnicos que parecían imposibles de resolver.
La lógica decía que el proyecto debía ser abandonado, pero ahora, ha vuelto a la vida, decidido a conquistar el cielo. El rascacielos que tomará el trono es la Torre Jeddah en Arabia Saudí. Este proyecto se ha reactivado para alcanzar una cifra simbólica y épica: 1000 metros de altura. Así, Arabia Saudí no solo arrebatará el récord a Dubái, sino que dará vida al rascacielos que desafía todas las leyes de la lógica y la ingeniería.
El rascacielos que mide un kilómetro
La Torre Jeddah no será solo un edificio alto; será como una ciudad de lujo puesta de pie. La estructura tendrá 167 pisos y un tamaño gigante. La diseñó el mismo arquitecto que hizo el Burj Khalifa y todo indica que será una maravilla, tan sorprendente como la energía infinita de estas minas abandonadas. Dentro habrá de todo: un hotel muy lujoso, apartamentos carísimos, oficinas y, lo mejor, el mirador más alto del mundo, que estará a 664 metros de altura.
Para mover a las 100 000 personas que se espera que vivan o trabajen allí, el edificio tendrá 58 ascensores ultrarrápidos que viajan a 10 metros por segundo. Con ellos, solo bastará un minuto y medio para llegar desde el suelo hasta el mirador más alto. El camino hasta el kilómetro de altura no ha sido fácil, de ahí que la Torre Jeddah desafíe la lógica.
Debemos considerar que construir tan alto exige una ingeniería extrema: hay que bombear el concreto a una altura nunca antes vista, y el edificio debe tener una forma especial (como una letra «Y») para que el viento no lo derribe. A pesar de todos los problemas, el proyecto se reinició y esperan terminarlo entre 2028 y 2029.
Más que un récord, la visión de un país
La Torre Jeddah va mucho más allá de ser una simple competencia para ver quién tiene el edificio más alto. Para Arabia Saudí, este rascacielos es el corazón de su ambicioso plan de futuro llamado «Visión 2030». El objetivo es usar la torre como un poderoso símbolo de modernización y riqueza para transformar la ciudad de Yeda en un centro global de innovación, negocios y turismo, que sirva para atraer dinero e inversión de todo el mundo.
Esta torre que llegará al kilómetro de altura es la prueba final de la gran ambición de Arabia Saudí de convertirse en un líder mundial para 2030. Superar los retos más difíciles de la ingeniería y revivir un proyecto que muchos daban por fracasado demuestra su determinación. Si logran terminarla, no solo le quitarán la corona al famoso Burj Khalifa, sino que se convertirá en un nuevo gran símbolo que forzará a reescribir los límites de la arquitectura y la economía en todo el planeta. Y mientras eso sucede, un país buscará energía en el fondo del mar.













