La ONU ha decidido predicar con el ejemplo y prueba de ello son los cambios que está realizando en sus oficinas y campos de refugiados distribuidos en todo el mundo ¿Quieres saber cuáles son las principales modificaciones y hacia dónde apuntan?
Principales cambios «enérgicos» que se realizan en muchas oficinas y campos de la ONU
En los últimos años se ha venido hablando en foros y conferencias mundiales entre los países que conforman la ONU de la entrada en una nueva era, pero hasta hace poco parecía que los resultados de estos encuentros solo quedaban en los discursos y el papel.
Ahora se observa con las modificaciones que está haciendo la organización mundial en muchas de sus dependencias que ha decidido pasar del discurso a la acción, de las palabras a los hechos, y esto sin duda marca un rumbo positivo.
Recientemente el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) ha divulgado planes para la instalación este año de sistemas fotovoltaicos en varias oficinas y campos donde se presta apoyo a los refugiados.
El propósito de estos cambios en algunas de estas instalaciones es disminuir la dependencia del diésel y reducir la huella de carbono. Específicamente, se apunta a disminuir el porcentaje de las emisiones de carbono que actualmente se producen en la mayoría de oficinas y campos de refugiados.
Sin embargo, aparentemente queda mucho camino por recorrer y bastantes cambios por realizar considerando que son más de medio millar las oficinas y campos de refugiados que se encuentran en el mundo y es significativo el aporte de estos a la huella total de carbono.
Cambios realizados por la ONU hasta la fecha
De acuerdo con la ACNUR desde septiembre del año pasado han venido funcionando varias oficinas ubicadas en países africanos con energía solar, y un campo nigeriano se ha convertido en la primera experiencia.
Las expectativas, según ha señalado la ACNUR, apuntan a una reducción de las emisiones de CO2 en casi la totalidad de operaciones, así como un ahorro importante en recursos financieros.
La reducción de costes por concepto de consumo eléctrico es de acuerdo a las condiciones contextuales y climáticas de la localidad donde se encuentran los campos de refugiados, siendo el reto alcanzar la totalidad de ellos antes de que finalice el año.
En Jordania se dan los primeros pasos no solo para salvar a refugiados sino también al mundo
En un campo jordano de refugiados se ha instalado un parque solar fotovoltaico de 2 MW, el cual proporcionará energía renovable a más de 20 000 personas a las que sirve de refugio y se espera a mediano plazo alimentar todas las conexiones eléctricas para atender a los 36 000 que conforman toda la población.
El centro fue construido con un presupuesto de casi 9 millones de euros, coste financiado en su totalidad por la campaña “Vidas más brillantes para los refugiados” llevada a cabo por la Fundación IKEA.
El ahorro energético proporcionado por la planta es de aproximadamente 1,5 millones de dólares anuales, monto que podrá ser reinvertido por ACNUR en otras áreas prioritarias para cubrir necesidades de los refugiados.
Otro de los beneficios principales proporcionados por esta nueva planta es la reducción de 2 370 toneladas de dióxido de carbono proveniente de las emisiones, lo que sin duda representa un importante cambio en cuanto a acciones contra el cambio climático por parte de esta organización mundial.
En conclusión, los cambios de sistemas eléctricos con consumo de diésel por plantas solares en oficinas y campos de la ONU donde se atienden a millones de personas que huyen es una evidencia tangible de que esta organización mundial ha decidido en buen momento pasar a la acción.











