Unos científicos estudian el cerebro y dan con el «interruptor» proteico que acelera la formación de buenos y malos hábitos

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Publicado el: 17 de diciembre de 2025
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Cerebro en alto contraste

¿Por qué hay personas a las que les apetece salir a tomarse unas cervezas después de una larga y estresante jornada laboral? ¿O fumarse un cigarrillo justo después del café? Sin duda (se trata de hábitos perjudiciales para la salud) pero que activan de forma inmediata el estímulo de recompensa en el cerebro. Este mecanismo complejo ha sido descifrado por un equipo de investigadores del Centro Médico de la Universidad de Georgetown y documentado en un artículo publicado en Nature.

Durante la investigación (los científicos identificaron un mecanismo neurobiológico fundamental) que influye de forma drástica en la celeridad con la que el cerebro establece las asociaciones de recompensa. Este hallazgo es clave (ya que influye tanto en la creación de hábitos beneficiosos como en el desarrollo de las adicciones). En concreto (se trata de la proteína KCC2) que actúa como catalizador del aprendizaje asociativo y que en el trabajo se llega a comparar con un interruptor.

El interruptor de los hábitos y la dopamina

La KCC2 es una proteína esencial para la homeostasis del cloruro neuronal que además modula la actividad de las neuronas responsables de la segregación de dopamina (el neurotransmisor de la felicidad). Una reducción en la actividad de esta proteína provoca un incremento notable en la actividad de las neuronas dopaminérgicas (lo que amplifica rápidamente las nuevas asociaciones entre estímulos ambientales y resultados satisfactorios).

Este aprendizaje asociativo es fundamental para modular nuestro comportamiento. Sin embargo (puede verse alterado por trastornos complejos) como es la adicción, la depresión o la esquizofrenia. En este sentido (según un comunicado oficial de la ) Alexey Ostroumov (autor principal del estudio) señala que el abuso de sustancias puede generar modificaciones en la proteína KCC2 permitiendo que las drogas secuestren el mecanismo de aprendizaje cerebral.

El equipo investigador observó en el tejido cerebral de ratones y mediante experimentos conductuales que la relación es inversamente proporcional (cuanta menor es la presencia de KCC2, mayor es la sensibilidad al aprendizaje). Además (encontró que esta proteína no solo regula la frecuencia de activación) sino también la coordinación de las neuronas. Algo vital (ya que la actividad sincronizada entre las células nerviosas impulsa una mayor liberación de dopamina).

La dopamina y su efecto amplificador en la salud

Los estallidos de dopamina coordinados funcionan como una señal de enseñanza extremadamente potente (lo que asigna un valor desproporcionado a la experiencia de aprendizaje). Para ilustrar cómo se forman estas asociaciones (el doctor Ostroumov usa un ejemplo cotidiano). Explica que es como cuando un fumador siempre combina el café con un cigarrillo y (cuando intenta dejar el tabaco) descubre que el mero hecho de beber café le provoca un fuerte deseo de fumar.

La adopción de resulta fundamental para contrarrestar estos mecanismos automáticos. Una comprensión más profunda del mecanismo impulsado por la proteína KCC2 abriría nuevas vías para desarrollar mejores tratamientos contra las adicciones y los trastornos cerebrales. El objetivo sería evitar que se materialicen y consoliden asociaciones perjudiciales (así como restaurar los patrones de aprendizaje saludables).

Al parecer (algunas benzodiacepinas como el diazepam) mostraron capacidad para modular la coordinación neuronal. Esto refuerza la idea de que cuidar nuestra es vital para mantener el equilibrio químico del cerebro. En contextos de el cortisol también puede alterar estos procesos facilitando la aparición de conductas impulsivas.

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