Fraude histórico que destroza a los coches eléctricos: las marcas están dispuestas a «regalarlos» para compensar

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Publicado el: 1 de abril de 2024
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Los coches eléctricos llevan en entredicho casi desde que salieron al mercado —bueno, y sin casi—. Lo hicieron cuando se encontró su sustituto con el movimiento de las mareas, y ahora lo vuelven a hacer por un lamentable motivo. Justo acabamos de conocer un fraude histórico que afecta a casi todas las marcas, que ahora están dispuestas casi a regalar sus modelos para compensar lo que ha sucedido.

El batacazo de los coches eléctricos, peor de lo que se esperaba

Los coches eléctricos han experimentado un gran auge en los últimos años. Impulsados por la preocupación por el medioambiente y la lucha contra el cambio climático, los gobiernos de todo el mundo comenzaron a incentivar la compra de vehículos eléctricos.

Las marcas automovilísticas, por su parte, invirtieron miles de millones en investigación y desarrollo para lanzar sus propios modelos. De hecho, si repasamos las cifras, puedes entender por qué hablamos de un batacazo histórico que nadie se esperaba —recuerda la ilusión que reinaba en el sector hace unos años—.

Se preveía que para 2025, 1 de cada 4 coches vendidos en el mundo sería eléctrico. Sin embargo, las ventas no han cumplido las expectativas. Ahora, las marcas se ven obligadas a reducir drásticamente los precios de sus vehículos eléctricos para tratar de relanzar un mercado que no acaba de despegar.

Un fraude histórico que afecta a los coches eléctricos: atención a los precios

Al llegar al mercado, los coches eléctricos tenían precios muy superiores a los modelos equivalentes de combustión interna. Las marcas justificaban esta diferencia por los elevados costes de producción de las baterías y la tecnología eléctrica.

Sin embargo, con el paso del tiempo se ha visto que la brecha de precio no se corresponde con los costes reales. Los fabricantes han aprovechado el halo de modernidad y sostenibilidad de los eléctricos para inflar sus márgenes, que es precisamente lo que la Unión Europea sospechaba.

Un sedán eléctrico compacto puede costar fácilmente el doble que su equivalente de gasolina con prestaciones y equipamiento similares. En los segmentos medios y premium, las diferencias llegan a ser del triple e incluso más. En este sentido, debemos aclarar que Tesla no está involucrada, al menos, que se haya confirmado.

Claramente, el precio no se establece en función del coste de producción, sino del máximo que los fabricantes creen que pueden sacar a los compradores. Lejos de ser accesibles, los coches eléctricos se han convertido en vehículos de lujo que muy pocos pueden permitirse.

Las ventas, estancadas; y las marcas, dispuestas a venderlos casi regalados

Las matriculaciones de vehículos eléctricos en los últimos años han estado muy por debajo de las expectativas y proyecciones de las marcas automovilísticas. Se esperaba que para 2022, al menos el 20 % de los coches vendidos en Europa fueran eléctricos, pero la realidad es que en 2022 solo representaron un 12,9 % del total.

Las cifras son claras. En 2021 se matricularon en la Unión Europea 2,3 millones de coches eléctricos cuando las previsiones apuntaban a 4 millones para ese año. En 2022 la cosa no ha mejorado y se han matriculado 2,6 millones frente a los 5 millones que se preveían inicialmente.

Esto supone un jarro de agua fría para los fabricantes que habían hecho grandes inversiones y anuncios rimbombantes sobre la electrificación del parque automovilístico europeo. Claramente se han dado cuenta que el consumidor no está adoptando la tecnología eléctrica al ritmo que ellos esperaban.

El fraude que se ha cometido con los coches eléctricos es más grave de lo que cabría imaginar en un principio. Quizá por eso las marcas hayan tomado medidas inéditas —también es que temen sanciones multimillonarias por parte de las instituciones europeas—. El futuro dirá si confiamos al 100 % en este tipo de vehículos o si, en cambio, apostamos por este combustible que producen las plantas.