La electrificación de la movilidad ha sido el camino más expedito para la reducción de la emisión de los gases de efecto invernadero sin embargo, estamos en peligro de decir adiós a los coches eléctricos. La salvación está bajo tierra, pero cuesta 150.000 millones de euros. Veamos en qué consiste esta situación.
El alza en los precios de un material clave para la construcción de los coches eléctricos
En el mercado de los materiales para la transición energética y fabricación de coches de tecnología eléctrica, existe uno que es vital y que estos últimos meses ha disparado su precio. Nos referimos al cobre, que alcanzó su mayor costo este mes estabilizándose en 4,02 dólares por libra, siendo su incremento en esa semana del 1,61 %.
Mientras que el mensual fue de 9,05 %. Este comportamiento se origina por la preocupación que hay entre los diferentes compradores por la reducción de la oferta del material en su estado procesado en un ambiente donde la demanda se incrementa de manera constante y sostenida.
El cobre: un metal que es muy apreciado y su precio depende de la demanda y la oferta
En la industria de los coches eléctricos el costo del cobre ejerce gran influencia sobre el precio final, por lo que si es muy alto estos dejarán de ser rentables por lo que deberemos despedirnos de ellos y, en consecuencia, de la transición energética y seremos derrotados en la lucha contra el cambio climático.
Pero… ¿porque aumenta el cobre?, muy sencillo, porque la demanda está alcanzando niveles históricos mientras que la oferta no ha seguido esta tendencia (algo parecido a lo que sucede con el metal por el que Alemania está en “guerra” con China). Es más, se creará un déficit porque la disponibilidad no va a ser suficiente.
De acuerdo a algunos analistas, se requiere una inversión de al menos 150.000 millones de dólares para atender estos picos de demanda que seguramente serán constantes en los próximos ocho años. Solo con esta acción se podrá mantener un mercado equilibrado evitando que esté en números deficitarios.
Para nadie es un secreto que las causas de este aumento desmedido en la demanda son que el cobre juega un papel protagónico en el proceso de la transición energética, la descarbonización de la industria y la fabricación de coches eléctricos. Esto por sus características conductoras de la electricidad.
Puesto que junto a esta propiedad también es liviano, resistente y duradero. Además, es muy fácil de unir y soldar a otros metales sin alterar su conductividad calorífica. Por ello, las empresas mineras deberán hacer esta gran inversión para encontrar nuevos yacimientos bajo tierra para aumentar la oferta.
Aunque en el pasado China había tenido la capacidad de evitar el déficit de este metal incrementando su producción, al día de hoy esto no será posible, puesto que la producción de coches eléctricos y otros elementos es muy grande debido al proceso de descarbonización que se sigue a nivel mundial.
Este repunte en el precio del cobre ¿se mantendrá en el tiempo?
A pesar de la alarma por la oferta, sobre todo entre los fabricantes de coches eléctricos, la misma también depende del tiempo en una nueva mina en alcanzar el “estado de producción” que puede ser de varios años. Una vez logrado, los precios tienden a bajar porque son muchas las que entran a producir al mismo tiempo.
Concluyendo, si no se estabilizan los precios del cobre podemos ir diciendo adiós a los coches eléctricos (cuestión que puede pasar también porque China acapara todos los recursos del mundo). Para esto es necesario invertir 150.000 millones de dólares en conseguir nuevos yacimientos de este metal bajo tierra.
