Los coches del futuro van a ser respetuosos con el medioambiente, eso lo sabemos. Pero ¿y si te dijéramos que van a producir su propia energía con un innovador dispositivo que llevarán debajo? En sí, este invento no debería asustarnos —después de todo, es renovable y silencioso—, pero también extremadamente peligroso. Una pista: es el mismo que Europa está llevando al límite y tiene a España aterrorizada.
Las baterías de litio, en peligro de desaparecer: este es el sustituto
Los coches eléctricos son cada vez más populares como una alternativa ecológica a los coches de combustión interna tradicionales. Sin embargo, la limitada autonomía de las baterías de iones de litio sigue siendo un problema, como recordarás que hemos abordado en ocasiones anteriores.
Recientemente, científicos chinos han propuesto una solución radical: utilizar baterías nucleares en lugar de las baterías químicas estándar. Este tipo de dispositivos utiliza isótopos radiactivos para generar energía eléctrica de forma continua, que es justo lo que necesitamos para la movilidad.
Según los investigadores, estas nuevas baterías podrían proporcionar energía a los coches eléctricos durante 50 años sin necesidad de recargarse. Esta tecnología revolucionaria tiene el potencial de eliminar por completo la ansiedad por la autonomía, haciendo que los coches eléctricos sean tan prácticos como los de gasolina.
Así serán los primeros coches de energía nuclear: 50 años de autonomía
La batería nuclear aprovecha el calor generado por la fisión nuclear controlada de átomos de uranio para producir electricidad. Usando una pequeña cantidad de uranio enriquecido como combustible, la fisión nuclear puede mantener una reacción en cadena que libera una gran cantidad de energía en forma de calor.
Este calor se utiliza para calentar un flujo de aire o agua que pasa a través de la batería, convirtiendo el movimiento del fluido en electricidad a través de un generador térmico. De esta manera, una pequeña cantidad de material radiactivo puede proporcionar una gran cantidad de energía.
Como es lógico, este tipo de suministro —siempre y cuando sea estable, recuerda de qué estamos hablando— debería ser capaz de alimentar un vehículo eléctrico durante décadas. Los diseños actuales utilizan sistemas avanzados de contención y materiales aislantes para evitar fugas de radiación peligrosas.
Igualmente, se incorporan sensores y sistemas de seguridad para monitorear constantemente las condiciones dentro de la batería y apagar la reacción si detectan alguna anomalía. Esta es la propuesta, habría que ver cómo se materializa todo ello en un pequeño dispositivo que vaya debajo del vehículo.
La idea podría funcionar: por qué tiene más sentido del que crees
Una de las principales ventajas es su increíble duración. Mientras que las baterías de iones de litio duran típicamente entre 5-10 años, se estima que la batería nuclear podría durar hasta 50 años antes de necesitar ser reemplazada. Esto reduce enormemente el costo a lo largo de la vida útil del vehículo.
Otra gran ventaja es la rapidez con la que se puede recargar la batería nuclear. Los conductores podrían reabastecerse en cuestión de minutos, en lugar de horas como sucede actualmente con los coches eléctricos. Esto haría que los viajes largos sean mucho más prácticos.
Mientras que los coches eléctricos de hoy día tienen un alcance de entre 100-500 km generalmente, con la batería nuclear se podría lograr autonomías de 800 km o más con una sola carga. De este modo, acabaríamos con una de las principales demandas que comparten fabricantes y propietarios.
Imaginar un coche de energía nuclear no es sencillo, pero menos será aún verlo en las carreteras. Está claro que la búsqueda de alternativas a los combustibles fósiles está produciendo sus frutos, aunque quizá estos no estén todavía maduros. Lo que tenemos claro es que no se trata del único invento que tiene al sector automovilístico patas arriba: este es el primer vehículo de energía eólica en la historia.













