La decisión de la Unión Europea de eliminar un color de coche vibrante de las opciones para las carrocerías pone en jaque a los amantes de lo extravagante. Esta decisión e basa en investigaciones que destacan los impactos negativos de ciertos pigmentos en la salud ambiental, así como en la seguridad en carretera. Se argumenta que la producción y el uso de este color específico generan contaminantes adicionales y pueden afectar la visibilidad.
¿Cuál es el problema detrás de este radical cambio?
Pues bien, a partir de este año, se están implementando restricciones más estrictas en la Unión Europea respecto al uso de ciertos colores y acabados para la carrocería de los coches. Estas medidas, buscan proteger la salud de los trabajadores de la industria automotriz, debido a las medidas altamente nocivas que se utilizan en la elaboración.
Ahora están reforzando las prohibiciones previas de algunos componentes químicos en la fabricación de automóviles, con estas nuevas normativas para limitar la presencia de sustancias químicas dañinas en la producción de automóviles, se busca promover así un entorno laboral más seguro, además de disminuir los impactos ambientales que provocan.
Estas decisiones por parte de la UE afectan directamente a los acabados cromados y, por ende, las pinturas cromadas que se utilizan en la chapería de los vehículos ya no podrán fabricarse. Esta decisión se basa en evidencias que demuestran que el uso de este tipo de material en los procesos productivos puede ser perjudicial para la salud de los trabajadores, pudiendo desencadenar graves enfermedades.
Estos son los químicos que buscan destronar de la confección de coches
La prohibición del uso del cromo y sus variantes por parte de la Unión Europea tiene antecedentes significativos en la preocupación por la salud de los trabajadores que desarrollan el acabado final del coche, además de tener una repercusión realmente nociva para el medioambiente, pues son materiales altamente contaminantes.
Hace algunos años, en la directiva europea del 2000, se advirtió sobre la necesidad de adoptar medidas preventivas para salvaguardar a los trabajadores en la producción automovilística. La idea inicial de este importante decreto fue terminar con la utilización de materiales contaminantes como el plomo, mercurio, cadmio y cromo hexavalente, sin embargo, hubo excepciones.
De esta manera las empresas evadieron las restricciones
Es de suma importancia recordar que los miembros que constituyen la UE ya debían asegurar que los materiales anteriormente mencionados no debían formar parte de los componentes que se integrarían a los vehículos lanzados a la venta desde el 1 de julio de 2003, por lo que se podría decir que estos compuestos ya estaban prohibidos con anterioridad.
A pesar de ello, algunas declaraciones aseguraban que, en algunos casos excepcionales sí era viable la utilización de uno de ellos, el cromo hexavalente, y es que se utilizaba como revestimiento antioxidante de una extensa cantidad de coches, solo bajo una condición, la cantidad de cromo debía ser menor a dos gramos, para evitar que diversas enfermedades se detonaran en los trabajadores.
Lo mencionado anteriormente permitió a más de una empresa la utilización de pinturas cromadas en oportunidades como algún coche de alta gama exclusivo, en dónde se pedia un color cromado a elección. Ahora esto habría llegado a su fin, pues esta implementación será totalmente prohibida, debido a las serias consecuencias mencionadas anteriormente.
La nueva norma publicada en 2023 que ha revisado las excepciones establecidas anteriormente. Esta actualización ha intensificado las prohibiciones en los escenarios mencionados antes. La nueva norma detalla que las exenciones de la antigua directiva se someterán a revisión a lo largo de este año, lo que implica que la decisión final al respecto se espera para el transcurso de 2024.













