El uso de la cosmética ecológica ha crecido mucho en los últimos años. Ha tenido mucho que ver la creciente conciencia de la importancia del cuidado de la piel y el medioambiente. Los consumidores ya no buscan obtener productos con beneficios, sino también compasivos con su entorno. Este tipo de cosmética resalta por su enfoque sostenible y su producción responsable. Busca minimizar el impacto ambiental a partir de la obtención de ingredientes hasta la elección del envase. Cada vez son más las marcas que apuesta por productos ecológicos que tengan en cuenta estas premisas.
Definición de cosmética natural
La cosmética natural utiliza ingredientes naturales sometidos a procedimientos de transformación química sencillos, con pocos aditivos, o ninguna, y en ningún caso perjudiciales para el medioambiente o la salud de los usuarios y usuarias. Esta es la definición que brinda la responsable de la certificación de cosmética ecológica BioVidaSana, Nuria Alonso, según recoge BBVA.
Para Alonso, hablar de algo orgánico, bio o eco es lo mismo. Todas exigen que esos ingredientes naturales se generen siguiendo los criterios de la agricultura ecológica, o sea, sin fertilizantes ni productos fitosanitarios no orgánicos. A priori, puede parecer que la cosmética ecológica se trata de una tendencia actual, pero la realidad es que sus antecedentes datan en la antigüedad. La humanidad hace siglos que se deleita en sus beneficios.
Existen hallazgos arqueológicos que certifican que hace 6.000 años los primeros egipcios usaron hierbas aromáticas, resinas, bálsamos, negro de ojos o polvos para cuidarse y embellecerse. La humanidad lleva poniéndose encima este tipo de artículos naturales en cabello, cara cuerpos y mano desde hace años. Por ejemplo, aceites vegetales y esenciales, aguas florales conocidas como hidrolatos, ceras, mantecas, extractos de plantas, arcillas o sales.
La cosmética ecológica y sus beneficios están más presentes que nunca
Alonso advierte que se denominación preferida es “cosmética econatural”. En estos momentos, este tipo de cosmética presenta un futuro prometedor, de acuerdo a las cifras que se han publicado en el mercado, concretamente en la investigación de Grand View Research. Este estudio revela que el sector mundial de los cuidados personales orgánicos aumenta entre el 8 y el 10% cada año. Para 2025 se ha llegado a un valor de más de 25.110 millones de dólares.
“El mercado ofrece una variedad de productos como cuidados del cabello, cuidados de la piel o cosméticos. Otros segmentos incluyen aceites, aerosoles corporales, perfumes, higiene masculina y femenina. Además, con la introducción del hilo dental y los enjuagues bucales, se espera que aumente la demanda de productos orgánicos para el cuidado de bocas y dentaduras”, recoge la proyección de Grand View Research.
El mismo informe refleja que América del Norte seguirá siendo la región que más abarca en cuestiones de cuidado personal orgánico, con la “creciente demanda de productos seguros y naturales”. “Ha aumentado en los últimos años la demanda de productos libres de fragancias sintéticas, conservantes, parabenos, petroquímicos y limpiadores fuertes como el sulfato de sodio. Y dado que estos productos reflejan las crecientes aspiraciones de una mejor higiene, salud y belleza en los tiempos modernos, su adopción ha experimentado un crecimiento significativo”, se acota en dicha investigación.
Beneficios de la cosmética ecológica
“La gente suele acudir a la cosmética bio por salud”, advierte Alonso. Es el caso de las personas que manifiestan problemas de alergia. Estas buscan productos con ingredientes más respetuosos con la piel. Un caso típico sucede con los desodorantes libres de compuestos que producen irritaciones en las axilas. Abundan también los consumidores concienciados con el cuidado de la salud del planeta, además de la personal.
La experta pone énfasis en que no son productos testados en animales, asociando su uso con una visión cercana al bienestar animal. Acota que, entre sus beneficios, está que “se han elaborado sin contaminar ni dañar el medioambiente”. Por ejemplo, en su composición no se incluyen productos transgénicos ni nano partículas.
“En los últimos tiempos, ha sido posible modificar la composición genética de las células y los organismos vivos utilizando tecnología genética. El material genético se modifica artificialmente para darle una nueva propiedad, como la resistencia de una planta a una enfermedad, a una plaga de insectos o a una sequía, mejorar la tolerancia de una planta a un herbicida, mejorar la calidad o el valor nutricional de un alimento o aumentar el rendimiento”, explica. Así define los organismos modificados genéticamente (OMG) la Unión Europea, que ha conformado un marco legal para que su desarrollo tenga su lugar en condiciones de seguridad.
La nanotecnología está cada vez más presente
Por otro lado, la nanotecnología está cada vez más presente. “Las nanopartículas mejoran la estabilidad de algunos de sus ingredientes, aumentan la fotosensibilidad, la eficacia y la tolerancia de varios filtros ultravioletas en los protectores solares, y hacen que algunos productos cosméticos sean más fáciles de aplicar”, informó hace unos años la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU).
“No serían un inconveniente si hubiera estudios que aclarasen si el uso de las nanopartículas en este tipo de productos es totalmente seguro”, por lo que la institución recomienda “investigar más y legislar sobre ellas, para evitar riesgos”.
Atención a las referencias en cosmética ecológica
Tomando en consideración que “no existen regulaciones públicas para delimitar claramente cuándo se puede hablar de cosmética ecológica o cosmética natural”. Alonso sugiere guiarse por certificaciones reconocidas, ya sea a nivel local o internacional. Localmente destacan Bio Garantie en Bélgica, Naturland en Alemania y BioVidaSana en España. En cuanto a la escala mundial, tenemos Natrue, de la Asociación Internacional de Cosmética Orgánica y Natural, las italianas CCPB o AIAB, y Cosmos.












