La criatura más increíble del planeta: Roba las habilidades de las presas que devora

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Publicado el: 7 de agosto de 2025
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La naturaleza terrestre es un gran laboratorio evolutivo donde a diario ocurren diversos sucesos biológicos que continuamente sorprenden a los investigadores, y aunque parezca que todos los seres vivos ya han alcanzado su máximo potencial, todavía queda mucho por ver y comprender. Un ejemplo de esto es el insólito caso de la criatura más increíble del planeta, que se roba las habilidades de las presas que devora.

Los seres vivos están en constante transformación

La biología es una de las ciencias más dinámicas que existen, pues a pesar de que se estudia desde hace siglos, los seres vivos necesitan transformarse constantemente para poder adaptarse a su medioambiente, pero este tampoco permanece estático, así que todo se mantiene en un cambio permanente. Por eso todo se convierte en un flujo dinámico donde los conocimientos van evolucionando con el tiempo.

Así que los estudios biológicos nunca terminan porque siempre habrá nuevos objetos de estudio, o será necesario corregir algunos errores cometidos en el pasado, y nunca faltarán los nuevos descubrimientos que solo se pueden detectar con las nuevas tecnologías. Tal como el reciente hallazgo de una capacidad especial que tiene la criatura más increíble del planeta, que le permite robar las habilidades de las presas que devora.

Una babosa roba la energía de su presa

Un estudio reciente publicado por científicos de la Universidad de Harvard informó acerca del hallazgo de una propiedad muy curiosa de una criatura marina. Se trata de la Elysia crispata, una clase de babosa que tiene una apariencia similar a la lechuga rizada, que al alimentarse de las algas tiene la capacidad de seleccionar sus cloroplastos para guardarlos en unos órganos llamados kleptosomas y realizar con ellos mantiene energía a través de su habilidad fotosintética

Esta es una habilidad única, pues una vez que ingiere las algas y llegan a su intestino, no destruye los cloroplastos, sino que se apropia de ellos guardándolos en sus kleptosomas. Posteriormente, estos se mueven hacia la superficie de su cuerpo para captar la energía del sol mediante el proceso de fotosíntesis, cuya finalidad es la generación de moléculas de adenosín trifosfato, ATP, que sirven como reserva energética.

Los análisis también encontraron que se establece una relación simbiótica entre ambos, pues los cloroplastos aportan alimentos e incluso siguen produciendo algunas proteínas propias de las algas. Mientras que  los moluscos les brindan un entorno seguro en los kleptosomas, que les permite sobrevivir durante periodos largos cercanos a un año (son tan asombrosas como estos animales que tienen un séptimo sentido).

Sin embargo, si la babosa se ve sometida a un período de hambre muy prolongado, procede a devorar los cloroplastos y los utiliza como último elemento nutricional mediante la liberación de unas enzimas digestivas en el interior de los kleptosomas. El mecanismo por el cual esta criatura se puede apropiar de los poderes fotosintéticos de las algas es conocido como cleptoplastia, y es una adaptación para su supervivencia.

Una criatura marina muestra un mecanismo adaptativo

El descubrimiento de la capacidad que tiene la Elysia crispata para apropiarse del aparato fotosintético de las algas tiene una enorme trascendencia para la comunidad científica para observar en vivo mecanismos antiguos. Pues al igual que esta criatura se roba los cloroplastos, otros organismos hicieron lo mismo hace millones de años para adueñarse de las mitocondrias de sus presas, con la finalidad de obtener energía.

En conclusión, un estudio publicado recientemente dio a conocer la Elysia crispata, la criatura marina más sorprendente del planeta que se roba las habilidades de su presa. Esta babosa se alimenta de las algas, pero se apropia de su habilidad fotosintética para generar energía mediante la fotosíntesis (se comparan con estas criaturas a las que podríamos deberles la vida) y así mantenerse vivo y alimentado en épocas de inanición.