Partes del planeta se están convirtiendo en un desierto debido al auge del impacto de una catástrofe climática que ha alterado los ecosistemas. Ha habido una drástica transformación que ha llevado a presenciar lugares áridos donde antes había grandes masas de agua. Veamos quien se lleva el premio por mostrarnos el desastre.
Caminar sobre las aguas del planeta ahora es posible porque el río es un desierto
Desde hace algún tiempo el cambio climático que se viene produciendo en el mundo ha llegado a percibirse como una auténtica catástrofe que ha conllevado a la aparición inesperada de hábitats, especialmente de lugares desérticos donde se aprecia la ausencia de vida o limitaciones para su manifestación.
Los cambios en la temporada de sequía están convirtiendo las vías fluviales en todo el mundo en vastos desiertos. Los ríos se están convirtiendo en áridos senderos por donde ahora deambulan los pueblos en busca del agua que se ha alejado. Ahora caminan cientos de kilómetros para encontrar los alimentos que antes pasaban frente a sus casas.
Evidencia de ello es que en las últimas cinco décadas una de las vías fluviales más caudalosas del mundo, el río Amazonas, ahora en algunos puntos se ve disminuido. Debido a una prolongada sequía este río pasó de ser una principal arteria vial del pulmón del planeta y símbolo de la riqueza natural a un extenso lecho desértico.
Una imagen vale más que mil palabras sobre todo si denuncia una terrible realidad
Hay una fotografía de tres pescadores que caminan por un sendero desértico. Fue tomada en octubre de 2024 y es el lecho totalmente seco del antes caudaloso río Solimões, un brazo del Amazonas cerca de Manaos, Brasil. Esta imagen captada por Musuk Nolte le valió el premio World Press Photo y retrata la espantosa sequía producto del calentamiento global.
La escena retratada por el fotógrafo mexicano peruano que compitió en la categoría Historias, Sudamérica, dentro de su proyecto «Sequía en la Amazonia», describe como esta vía navegable en la que se solía pescar se había reducido de tal manera por la falta de lluvias que se había retirado de la vivienda de los pescadores aproximadamente dos kilómetros.
Uno de los aspectos más impresionantes de este trabajo del experimentado fotógrafo sobre temas conservacionistas es la evidencia de la pérdida de un promedio diario de 19 centímetros de nivel, según registros del Servicio Geológico Brasileño, dejando ver como se produjo la drástica transformación de este río en un desierto.
Con el agua se fue la normalidad: El mundo definitivamente cambiará si no se hace nada para solucionarlo
Gracias al apoyo de una beca de Bertha Foundation, Musuk Nolte se dedicó a fotografiar el río en su nivel más bajo desde que se tuviera registro, los cuales datan de 1902, evidenciándose la peor sequía que haya experimentado la región y que llegaría a provocar una profundidad en el río de tan solo 3 metros.
No se trata del dinamismo propio de los niveles hídricos que crean la variación del desplazamiento y cambios en los ríos a los cuales se acostumbran las comunidades, pues tenía tiempo que la crisis no era predictible, lo que conllevó a una pérdida significativa de las actividades de pesca, comercialización, transporte, etc.
Tal como señala Nolte, con este profundo cambio en la cantidad de agua las actividades comunitarias se vieron impactadas, los afluentes de menor nivel ya no podían ser transitados, el transporte fluvial se vio afectado, asuntos tan vitales como llevar a una persona a un hospital ya no podía realizarse, todo su mundo se vio alterado.
En conclusión, hoy en el mundo el desierto se hace presente donde no debería existir, tratándose de una catástrofe climática que amenaza a todo el planeta, provocando las prolongadas sequías de los últimos años la transformación de caudalosos ríos antes arterias viales de las comunidades en vacíos senderos.








