Hace más de veinte años Arabia Saudí recibía el nuevo milenio ocupando un suntuoso sitial como líder en la industria petrolera. Sin embargo, esta fue también la etapa en la que el mundo empezó a buscar fuentes de energía renovables. En 2016 el país inició el proyecto Visión 2030 que prometía crear una serie de megaproyectos revolucionarios que cada vez despiertan más dudas que expectativas.
El Plan Visión 2030: los megaproyectos que han costado miles de millones de dólares
Con el fin de diversificar su economía y abandonar la dependencia del petróleo, el príncipe heredero Mohamed bin Salman presentó hace casi una década un ambicioso plan para desarrollar varios megaproyectos que convertirían a Arabia Saudí en un foco de la innovación tecnológica y la sustentabilidad, atrayendo a profesionales y académicos de todo el mundo.
Las propuestas incluían a Neom y The Line, dos megaciudades futuristas erigidas en pleno desierto. La primera sería una urbe con taxis voladores y sin transporte particular, completamente alimentada por energías renovables. The Line, por otro lado, proponía una ciudad de 170 kilómetros de largo y apenas 500 metros de ancho, conectada por un tren de alta velocidad de un extremo al otro.
Los presupuestos exorbitantes que requieren estos proyectos, sumado a la crisis del mercado del petróleo, están dejando vacías a las arcas del estado Saudí, que recientemente ha estado solicitando préstamos y vendiendo acciones de la petrolera estatal Aramco. Al parecer, en la actualidad sólo quedan 15000 millones de dólares en capital líquido, aunque sólo Neom costaría 500000 dólares.
Nubes grises en el horizonte: el FMI no concederá préstamos a Arabia Saudí a menos que suba el petróleo
El mismo petróleo que convirtió a Arabia Saudí en una potencia económica y emblema de la suntuosidad y exclusividad, está amenazando con anclar al país en un modelo obsoleto. Viendo esta amenaza cada vez más cercana con las iniciativas para la descarbonización en todo el mundo, el PIF (Fondo de Inversión Pública) ha estado extrayendo efectivo de las arcas estatales para financiar la diversificación.
Por un lado, se iniciaron proyectos inmobiliarios extravagantes para abrirse un hueco en el mercado de los bienes raíces de alto perfil. Este intento dio como resultado algunas propuestas exitosas, como el Burj Al Arab y La Palma Jumeirah, mientras que otros fueron bastante desastrosos, como el archipiélago artificial The World, que prometía ser una versión a escala de todos los continentes.
Los megaproyectos contemplados en el plan Visión 2030 tienen por objetivo crear millones de puestos de trabajo para su población, atraer inversiones privadas en tecnologías sustentables y energías renovables e impulsar la formación de la población en los sectores clave para la economía del futuro. No obstante, las arcas se están vaciando y poco se ha avanzado en este plan.
Arabia Saudí tendrá que conseguir 270000 millones de dólares para 2030
Las autoridades estatales ya están recortando varios de los proyectos de Visión 2030 mientras busca préstamos para recuperar liquidez y mantener la paridad de su moneda local con respecto al dólar estadounidense. Sin embargo, el FMI ha dicho que el precio del petróleo debería alcanzar un precio de 86 dólares por barril para que puedan acceder a un nuevo préstamo.
En la actualidad, el precio de referencia del barril está en los 83 dólares, razón por la cual Arabia Saudí está reteniendo la producción de crudo con el fin de elevar este valor. No obstante, con las arcas casi vacías, el estado se enfrenta a la elección de abandonar sus megaproyectos o empezar a vender activos.
¿Qué pasará con el plan Visión 2030?
Pese a los objetivos de descarbonización total para 2050, Arabia Saudí planea expandir su capacidad producción de crudo, al tiempo que Gran Bretaña podría empezar a explotar un gran yacimiento petrolífero en las Islas Malvinas. También están invirtiendo en tecnologías de captación de CO2 con el fin de compensar las emisiones que produce su industria predominante.








