Los Emiratos Árabes Unidos y, concretamente, Dubái, enfrentan una serie de desafíos para poder superar la dependencia de su economía hacia el petróleo. Recientemente, esta búsqueda ha llevado al país a embarcarse en dos megaciudades futuristas que están al borde del fracaso. En este artículo, hablaremos acerca de otro de esos megaproyectos controversiales que podrían ser el mayor fracaso de la historia de los EAU.
«The World», el mayor fracaso de la historia: miles de millones 12 000 millones, tirados a la basura
A principios de la década de los 2000, los Emiratos Árabes Unidos evaluaron la actualidad del mundo en aquellos momentos y llegaron a la conclusión de que era momento de diversificar su economía y abandonar la dependencia hacia el petróleo. El medio que buscaron para alcanzar este objetivo, fue el negocio de los bienes raíces para clientes del más alto perfil.
Aprovechando la gran disponibilidad de capital que el negocio de los combustibles fósiles habían proporcionado en aquel entonces a las arcas del estado árabe. Por aquella época ya habían logrado un gran éxito y reconocimiento tras la construcción del exclusivo hotel Burj Al Arab, el cual ofrecía los más elevados lujos de la época en una edificación vanguardista sobre una isla artificial.
El concepto de las islas artificiales pareció resultar muy atractivo para los proyectistas inmobiliarios de EAU, y decidieron embarcarse, en 2003, en un proyecto que excedía todos los límites de la excentricidad: un archipiélago artificial de casi 300 islas al que llamaron The World.
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Los jeques árabes ya había concretado con éxito otros proyectos inmobiliarios basados en islas artificiales, como el archipiélago de La Palma Jumeirah, una serie de islas que forman el dibujo de una palma donde se han erigido 4000 edificaciones que albergan a unas 25000 personas. Desde un principio fue un éxito y se mantiene operativo hasta la actualidad, con una gran variedad de alojamientos y servicios de lujo.
De esta manera, The World se anunció como un proyecto inmobiliario exclusivo que ofrecía a los inversionistas la posibilidad de comprar cualquier país que quisiera en las diferentes islas.
Las inversiones empezaron a llegar y se iniciaron las obras, dando forma rápidamente a una serie de islotes que requirieron un presupuesto de unos 12000 millones de dólares para poder hacerse realidad. Diferentes magnates de todo el mundo financiaron las primeras etapas del megaproyecto, algunos con ideas increíblemente extravagantes en mente.
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No son pocos los analistas y expertos de diferentes áreas que califican a The World como el mayor fracaso de la historia. A 20 años del inicio del ambicioso proyecto, lo único que hay hasta el momento son un montón de promontorios de arena y piedra desiertos. Para peor, las islas artificiales que tanto dinero han costado ya están mostrando indicios de erosión.
El archipiélago artificial también ha sido objeto de denuncias por parte de autoridades y organizaciones que han demostrado el serio impacto que este megaproyecto ha causado en los arrecifes cercanos a la costa de los Emiratos. Aunque los empresarios a cargo siguen afirmando que el proyecto se mantiene en marcha, todo esto pone en tela de juicio la viabilidad real de The World.
Solamente unas pocas islas han llegado a albergar alguna edificación, entre ellas una lujosa vivienda que fue donada al piloto de carreras Michael Schumacher y una casa modelo que mostraba las posibilidades que ofrecería este enclave artificial, hoy considerado el mayor fracaso de la historia.
El futuro de los megaproyectos inmobiliarios
Aunque The World podría hacer pensar que, tras ganarse la reputación de ser el mayor fracaso en la historia del mercado inmobiliario de alto perfil, lo cierto es que existen otras propuestas que resultan bastante prometedoras. Tal es el caso de la ciudad flotante Oceanix, que propone una solución sustentable para el incremento del nivel del mar.








