En los últimos años son cada vez más las marcas fabricantes de vehículos que han volcado una buena cantidad de recursos en el desarrollo de motores de hidrógeno eficientes sin emisiones. Pero, aunque parece una idea actual producto de las necesidades actuales de nuestra sociedad, se trata de un concepto bastante antiguo. Hoy te contamos sobre el inventor del motor de agua español de los setenta.
Quién es el inventor del motor de agua español
Puede que no estés al tanto de que los primeros autos eléctricos ya se habían desarrollado en tiempos tan lejanos como el siglo XIX. De hecho, los motores de combustión se crearon como una solución más eficiente a los motores eléctricos con grandes baterías de plomo-ácido. Estos motores tenían escasa eficiencia y autonomía, especialmente en una época donde la electricidad no llegaba a todos lados.
A medida que aprendimos a refinar el petróleo y a sacar provecho de los combustibles fósiles, además del bajo precio que en esta época tenía el crudo, los motores de combustión interna se convirtieron en norma. Pero a principios de los setenta hubo un español que llegó a ser conocido en el mundo por haber creado una motocicleta con un «motor de agua».
Nos referimos a Arturo Estévez Varela, un nombre que quizás hoy no te suene, pero que, a principios de los 70’s, llegó a viajar por diferentes países montando una motocicleta a la que echaba agua en el motor para hacerla funcionar. Además del agua, el inventor introducía una «sustancia secreta» que hacía posible la reacción química que separaba el hidrógeno del agua para impulsar el motor.
Por qué el motor de agua de Estévez Varela no triunfó
Arturo Estévez Varela se había hecho muy conocido como inventor y había llegado a hacer un buen dinero vendiendo diferentes patentes a empresas que se interesaban por sus desarrollos. Sin embargo, el recibimiento de su motor de agua no fue el que esperaba el español, ya que terminó despertando más sospechas que expectativas.
Lo que más dudas suscitaba era el «ingrediente secreto», cuya naturaleza Estévez Varela se resistía a develar hasta que hubieran comprado su patente. El español llegó incluso a ofrecer gratuitamente la patente de este ingrediente secreto a quien estuviera dispuesto a comprar la patente del invento principal, pero la gente quería desentrañar el secreto que tanto guardaba el inventor.
A tal punto llegó el rumor sobre el motor de agua, que el propio Franco decidió poner a expertos a estudiar cuál podría ser posiblemente la naturaleza de este misterioso catalizador. El equipo contratado por el dictador llegó a la conclusión de que lo que Estévez Varela añadía al agua era Boro, elemento que producía oxidación para separar el hidrógeno del oxígeno.
Conspiraciones o inviabilidad
El motor de agua español dejó de pronto de circular entre las voces del dominio público, y durante mucho tiempo se ha especulado acerca del por qué. Las teorías más racionalistas giran en torno al alto coste y difícil extracción del boro, lo cual volvía inviable al motor de agua español que tantas expectativas había generado durante aquellos años.
Otra teoría muy difundida, como suele ocurrir con este tipo de inventos, es que las compañías petroleras compraron la patente para silenciar al inventor del motor de agua español que podía representar un riesgo para su negocio, aunque no hay ningún registro de ello.
El motor de agua sigue estando vigente
Actualmente conocemos varios métodos diferentes para producir hidrógeno que podemos emplear como combustible para motores a explosión. Aunque el motor de agua español que inventó Estévez Varela pueda haber resultado en una decepción al final, todavía existen vehículos impulsados por hidrógeno a partir de depósitos de agua.













