Nos acostumbramos a vivir en un planeta que tenía sus reglas y nosotros solo las seguíamos. Creemos saber cuándo viene el frío, cuándo el calor, y que el clima no se volvía loco. Esa estabilidad nos dejó plantar comida, levantar ciudades, armar la vida que conocemos. Pero hace unos años, esa normalidad empezó a hacer ruido. Pasan cosas raras, que no encajan con lo de siempre. Ya está, no es como antes. Hay que abrir los ojos a lo que se viene. ¿Será posible seguir viviendo de la misma forma?
El desafío está en medir el cambio
¿Cómo sabemos que las cosas están cambiando a nuestro al rededor? Ahí está el tema. El problema más grave que tenemos no es una guerra ni un bajón económico. Se trata de que el propio sistema que nos mantiene vivos está en problemas. Es algo que nos afecta a todos, pero que, como siempre, golpea primero a los que menos tienen. Lo más grave de todo esto, es que siempre lo vimos como algo lejano, un tema para la próxima generación.
La verdad es que no. Para entender qué tan grave es todo esto, los científicos crearon una especie de “termómetro del planeta”. Es decir, puntos de referencia para comparar cómo era el mundo antes y cómo es ahora. Marcaron límites que no deberíamos sobrepasar si queremos evitar consecuencias difíciles de manejar. El problema es que el cambio se está acelerando más de lo que muchos imaginaban. Así que la pregunta vuelve a aparecer. ¿Qué está pasando con nuestro planeta?
Un año sin precedentes, superado por el siguiente
Los números nos lo confirman. El 2023 fue una señal de alarma constante que confirmó lo que ya se venía viendo. Se trató del año más caluroso desde que comenzaron los registros en 1850. Cada uno de sus 365 días fue al menos 1 grado Celsius más cálido que los niveles preindustriales. Casi la mitad del año superó el umbral de 1,5 grados, y en noviembre, por primera vez, hubo días que superaron los 2 grados.
Pero este récord duró poco. La Organización Meteorológica Mundial confirmó que el 2024 fue todavía peor. El año pasado se convirtió en el primero de la historia en el que la temperatura media global superó los 1,5 grados por encima del promedio de los siglos pasados. No fue un pico aislado, es algo que viene ocurriendo de forma progresiva y es realmente alarmante.
Las causas y el significado del 1,5° C
Este calentamiento no cayó del cielo. Los científicos apuntan a una causa clara: el exceso de gases de efecto invernadero producto de nuestras propias actividades. En 2023, tanto el CO2 como el metano marcaron récords históricos. Encima, cuando aparece El Niño, el fenómeno natural que altera los patrones del clima, el calor se dispara todavía más y empuja las temperaturas a niveles extremos.
El océano jugó un papel clave. Absorbió más del 90 % de ese calor. El resultado fue que las aguas oceánicas registraran las temperaturas más cálidas documentadas hasta el momento aun en las profundidades. El contenido de calor presente en el océano se vuelve en un factor clave para entender el cambio climático. Superar el 1,5° C en un año es un testimonio dramático de lo lejos que estamos del clima en el que se desarrolló nuestra civilización.
Sin embargo no todo está perdido. Cruzar el límite significa que debemos luchar todavía más. El mensaje está clarísimo. Todavía hay tiempo para evitar la peor crisis climática, pero la ventana se cierra. Los líderes mundiales deben actuar ahora. La urgencia es total. Como advierten los expertos, debemos descarbonizar las economías rápidamente. Cada aumento de grado de calentamiento es importante. Cada incremento adicional aumenta los impactos en nuestras vidas, nuestras economías y en el planeta.








