Ahora se está apostando por llevar energía a la Luna a fin de hacer factibles misiones que tengan una larga duración y de poder contar con un campamento y, quién sabe, toda una ciudad en ella. El problema es que quieren en nuestro satélite esta energía de la que está intentando deshacerse la Tierra por ser muy peligrosa.
Lo que la NASA planea para llevar energía a la Luna
La agencia espacial tiene planeado extender los contratos para el diseño de tres pequeñas centrales de fisión nuclear, para ser instaladas en la Luna y generar energía. Esto como parte de una segunda fase para verificar la posibilidad de comenzar su colonización, llevando a los primeros pobladores en el 2045 o 2050.
De estos tres diseños que le presentarán, la NASA escogerá uno para su construcción y que sea lanzado en la misión lunar que se tiene prevista para el año 2030. Ahora mismo esta agencia está terminando la fase uno donde, entre otras cosas, se desarrollaron los conceptos de requerimientos de este equipo.
Las especificaciones que deben tener estos reactores nucleares
Los contratos por cinco millones de dólares que la NASA dio a las empresas Westinghouse, IX de Houston y Lockheed Martin tienen como objetivo un diseño completo de un sistema que incluya el reactor con sus sistemas de rechazo de calor, monitoreo, administración y conversión de energía.
Para esta ingeniería preliminar, cada aliado comercial, debe presentar a consideración de la agencia espacial un calendario y los costos estimados de construcción de todo el equipamiento. Los requisitos fueron hechos de tal forma que los participantes en el proyecto puedan ser creativos en la parte técnica.
Aunque hay otros que son rígidos y de obligatorio cumplimiento. El reactor debe tener la capacidad de generar 40 kW de electricidad que sería suficiente para los hábitats lunares, redes de respaldo, experimentos que se deban llevar a cabo, operación de carga de movilidad eléctrica, entre otros.
Asimismo, poder funcionar, de manera autónoma y sin necesidad de intervención humana, durante al menos 10 años. Debe ser susceptible a encenderse, apagarse y operarse tanto de forma local como por vía remota desde el centro de comando ubicado en la Tierra. El diseño debe tener un sistema de autodiagnóstico.
El cual debe identificar las fallas y resolver por sí solo las más sencillas dando un completo reporte. También debe tomar la decisión de apagarla de emergencia cuando la situación lo amerite. Por otra parte, el diseño a presentar debe incluir al menos dos configuraciones y tener en cuenta el combustible para su operación en la Luna.
Asimismo, es necesario que incluya un protocolo de seguridad que actúe de manera independiente a todos los demás sistemas teniendo prioridad. Igualmente, lo referente al blindaje contra la radiación y aislamiento en caso de accidente nuclear con fuga de combustible atómico.
Ahora viene la parte de la conversión de la producción térmica del reactor en electricidad
Para esa etapa de la fase dos se seleccionaron las empresas Bayton Energy, General Electric y Rolls Roice North American para darles los contratos para el diseño, desarrollo y fabricación de los convertidores de energía térmica a electricidad del tipo Brayton. Los cuales utilizan diferencias de calor para que giren las turbinas.
Que producen electricidad. Pero el caso, es que los diseños actuales en la Tierra dejan perder mucho calor, por lo que uno de los retos que deben enfrentar las compañías es cómo hacer estos motores más eficientes e incrementar su rendimiento en las condiciones particulares de la Luna.
Concluyendo, por un lado, tenemos la Tierra tratando de deshacerse de la energía nuclear que es muy peligrosa, pero por el otro tenemos a la NASA haciendo proyectos para ponerla en la Luna. En vista de esto, solo esperamos que en el espacio no se presenten los problemas que la hicieron indeseada.












