Hoy más que nunca, todos los países necesitan contar con una fuente energética confiable si pretenden alcanzar el bienestar y el progreso, pues toda actividad depende de su disponibilidad, y con más razón cuando se trata de la producción de bienes y servicios. Pero ahora, los monarcas de la energía están a punto de decidir y cambiar la historia humana, y cualquiera que sea el resultado, nos afectará a todos.
Los países poseedores de fuentes energéticas deciden
Entre las consecuencias del calentamiento global y la situación geopolítica internacional, muchas naciones están enfrentando serias dificultades para tener un acceso seguro a las diversas fuentes energéticas. Esto va a complicar su situación económica porque, si esta tendencia continúa, se verán obligadas a reducir el ritmo de su productividad y las consecuencias pueden perjudicar a la mayor parte de sus habitantes.
La cuestión es que la solución de este problema no está a su alcance, sino que depende por completo de quienes gobiernan los países que poseen recursos energéticos, y estos van a cuidar principalmente de sus propios intereses. Así que habrá que esperar por los monarcas de la energía, que están a punto de decidir y cambiar la historia humana, pues independientemente del rumbo que tomen, nos afectará a todos.
Los monarcas de la energía quieren recuperar su hegemonía
En la actualidad, se puede considerar que los monarcas de la energía son los gobernantes de los principales países productores de petróleo, pues las renovables siguen sin alcanzar la efectividad necesaria para sustituirlo. Los integrantes de la OPEP y sus aliados están a punto de decidir, en el transcurso de los primeros días de agosto, si aumenta nuevamente su producción en más de 500 000 barriles por día.
En esta ocasión todo resulta diferente, e indica que actualmente el interés de ese organismo no está centrado en un interés meramente económico, sino que busca alcanzar ciertos objetivos ulteriores, y uno de ellos es la reconquista de su competitividad en el mercado frente a Estados Unidos (que además puede ser sustituido por esta máquina que produce gasolina). Esto implica cierto riesgo en este momento.
Así que los costos del petróleo podrían mantenerse en niveles aceptables para los productores, sin embargo, se espera que antes de que finalice 2025 haya más crudo disponible, con la consecuente reducción de sus precios. Esto beneficiará la economía de los países importadores porque les permitiría reducir la inflación y los costos de la electricidad, el transporte, la importación de productos y hasta de los alimentos.
La ganancia que tendría la OPEP+ podría ser a largo plazo, pues si los precios de los hidrocarburos llegan a U$S 60 o menos, podría acabar con la rentabilidad de la industria petrolera estadounidense que se basa en el fracking. Así que, a la larga, los miembros de la organización ganarían nuevamente ese cliente tan importante, y podrían recuperar su hegemonía en el manejo de los precios de la energía, e imponer su criterio.
Los precios de bienes y servicios dependen del petróleo
Los grandes productores de petróleo reunidos en la OPEP+ están haciendo todo lo posible por recuperar su supremacía en el mundo, lo cual significa que todos los países importadores se verán afectados por sus decisiones. Porque indudablemente, esa fuente de energía es fundamental en la fluctuación de los precios de todos los bienes y servicios, así como también para poder mantener niveles óptimos de productividad.
En conclusión, los monarcas de la energía reunidos en la OPEP podrían incrementar su producción en más de 500 000 barriles por día en agosto. Esta acción tiene un objetivo ulterior, recuperar su hegemonía en el mercado petrolero, de manera que todos nosotros, los países importadores, nos veremos afectados por sus decisiones (aunque España no tiene de qué preocuparse con este megayacimiento).











