En el mundo actual, en el que hay tantas cosas que dependen de la electrónica, es fundamental poder contar con una fuente energética que sea constante, y se pueda llevar a todas partes. Ahora bien, existe un energía que nosotros producimos a cada segundo, pero no la aprovechamos, y ahora parece que podremos hacerlo.
Existe una fuente energética que siempre está presente
Nuestro planeta es un lugar que está lleno de recursos de diversas clases, que tienen la capacidad de satisfacer todos los requerimientos de los seres humanos. Y si se mira un poco más allá, a lo largo del tiempo se ha hecho evidente que aún hay mucho por conocer, y existe una gran cantidad de riquezas por encontrar.
En lo que respecta específicamente a la energía, hay muchas posibilidades, existe una que siempre ha estado presente, pero hasta ahora no había despertado mucho interés, y por eso había sido ignorada. Se trata de la triboelectrificación, que permite generar electricidad de una forma muy simple y directa.
Energía eléctrica producida por el roce de dos superficies
Las nuevas tecnologías han permitido el desarrollo de un sinfín de artefactos que tienen numerosos usos en diversas áreas del quehacer humano. Una de las cosas que pueden complicar su empleo es la necesidad de contar con energía de forma constante, y para eso, ya hay una forma de aprovechar la triboelectrificación.
Ese es un fenómeno conocido también como electrostática que se produce cuando dos objetos entran en contacto directo y hay roce entre ellos. Esto es algo que ocurre comúnmente todo el tiempo con muchos tipos de materiales, y su potencia es influenciada por varios factores como la tensión y la temperatura.
Esa forma de producir corriente eléctrica ha despertado el interés en diversas áreas, a pesar de que su generación es muy reducida. Pues su potencial se encuentra en su gran utilidad para numerosos tipos de aplicaciones pequeñas que requieren de una fuente energética de poca intensidad, pero que sea constante.
Un equipo de investigadores de varios países desarrolló una forma eficaz de aprovechar ese efecto al crear nanogeneradores triboeléctricos (TENG). Experimentaron con diversos materiales, y optaron por las perlas de melamina-formaldehído (MF), que al tener contacto entre ellas intercambian cargas eléctricas.
Unas quedan con cargas negativas y otras con positivas, y mientras más eficaz sea ese proceso, más energía eléctrica va a producir. El MF fue el que dio mejores resultados porque su rigidez le permite tomar y soltar las cargas con mayor facilidad (lo que es parecido a esta placa que produce electricidad del calor).
Con el efecto triboeléctrico aprovechamos la electricidad del roce
Con los nanogeneradores triboeléctricos aprovechamos la energía producida por el roce entre las esferas de melamina-formaldehído, donde las grandes quedan cargadas negativamente y las más pequeñas, positivamente. La corriente que producen apenas puede llegar a los nanoamperios, pero es muy valiosa.
Porque, a pesar de que no va a satisfacer las necesidades de una casa, sí tiene una gran cantidad de usos para proveer a diferentes clases de dispositivos portátiles. Entre los cuales se pueden incluir algunos sensores para árboles que miden la temperatura y el monóxido de carbono, para localizar incendios forestales.
Estos nanogeneradores también sirven para que los wearables permanezcan cargados sin necesidad de recurrir a baterías o enchufes. Otros instrumentos que pueden mejorar su funcionamiento de forma sostenible son algunos equipos médicos, porque son muy duraderos y pueden soportar hasta 10 000 cargas.
Concluyendo, la triboelectricidad se genera por el roce entre dos objetos, y unos científicos determinaron que la melamina-formaldehído es el material que genera esa energía de forma más eficiente. Con ella se pueden fabricar nanogeneradores triboeléctricos (los que tendrían competencia con este vidrio).













