Hay enigmas que traen de cabeza tanto a científicos como a investigadores y al mundo en general por lo difícil que resulta resolverlos, o incluso por encontrar alguna explicación, que es exactamente lo que sucede en este caso. Te contamos cuál es el gran enigma que tiene nuestro planeta con una línea que ningún animal consigue cruzar y que explica la evolución… ¡los científicos no le encuentran sentido!.
La importancia de Wallace en la historia animal
Alfred Russel Wallace fue un naturalista inglés del siglo XIX que estudió durante muchos años la fauna en dos sitios principalmente: la Amazonia y las islas de Indonesia. Se le considera uno de los padres de la labiogeografía, que es la rama de la ciencia que se dedica a elaborar mapas de los seres vivos, una labor muy importante en biología.
Tan importantes fueron sus estudios e investigaciones para el mundo animal que en muchos casos se sigue tomando como un referente, e hizo algunos descubrimientos realmente relevantes. Nacido en el año 1823 en el Reino Unido, Wallace falleció a los 90 años, en 1913, dejando tras de sí un gran legado del que todavía hay mucho que aprender más de 100 años después.
La línea de Wallace, el gran enigma para los científicos
Conocida como la ‘línea de Wallace’, es una de las aplicaciones más conocidas de Wallace, una zona que actúa como frontera entre dos ecosistemas en los que sus especies son muy diferentes a pesar de su cercanía geográfica. Un gran enigma que hace que ningún animal cruce de uno a otro lado, en ninguno de los dos sentidos. Instinto animal, biología… sea como sea, el de la línea de Wallace es uno de los principales enigmas de los muchos que los científicos se han encontrado a lo largo de la historia.
Esta famosa línea de Wallace marca un límite biogeográfico a través del archipiélago malayo, separando los continentes de Asia y Oceanía. Flora y fauna son distintas a cada lado, especialmente la segunda, reflejando así historias evolutivas separadas aunque las condiciones geográficas y climáticas sean prácticamente idénticas. Se sitúa exactamente entre las islas de Bali y Lombok, continuando entre Borneo y las Célebes a través del estrecho de Macasar para después pasar por el sur de Filipinas.
Al noroeste de la línea de Wallace, la fauna es la típica del Sudeste Asiático, mientras que al sudeste es la australásica. A un lado hay elefantes, rinocerontes y tigres, mientras que al otro habitan canguros, marsupiales y roedores. Es importante destacar que esta línea no es un trazo real en un mapa, se corresponde con una formación física que sí es real, la conocida como fosa de Wallace. Durante las fases de glaciación cuaternarias, en la que el nivel del mar bajó en gran medida, a ambos lados de la fosa quedaron tierras emergidas, dando lugar a esas dos zonas hoy en día con una línea imaginaria que ningún animal puede cruzar.
Según algunos expertos en la materia, esta línea de Wallace puede tener relación con Charles Darwin, ya que se dice que el naturalista le envió un paquete con un manuscrito en el que le contaba conclusiones a las que había llegado tras lo visto en Indonesia y que se podían llevar al famoso libro «teoría de la evolución».
¿Conseguirá algún día algún científico resolver este enigma de la línea de Wallace y aportar nuevos datos? ¿Conseguirá algún animal cruzar esa línea imaginaria entre ambas zonas?. No cabe duda de que un enigma siempre genera interés, como por ejemplo el increíble enigma de este autobús de Madrid que siempre se encuentra con los semáforos en verde.








