Imagínate, por un momento, que España tuviera una nueva comunidad autónoma. ¿Volveríamos a aprendernos los mapas políticos para acostumbrarnos al cambio? Esto es lo que sucederá de manera casi inminente en una región que bien conoces —quizá incluso vives en ella—. Por suerte, es solo una medida algo polémica, las hay peores: esta es la primera zona de nuestro país afectada por la subida del nivel del mar.
Una ciudad que quiere recuperar su pasado como reino: está en España
León es una provincia situada en el noroeste de España que históricamente fue el centro del antiguo Reino de León. Este reino medieval tuvo su esplendor durante los siglos X-XIII, cuando abarcaba la mayor parte del noroeste de la península.
Sin embargo, en 1230 el rey leonés Alfonso IX falleció sin descendencia masculina, por lo que su hija Berenguela cedió el reino a su hijo Fernando III, rey de Castilla. De esta forma, ambos reinos se unieron dinásticamente bajo Fernando III, aunque mantuvieron instituciones separadas.
La unión dinástica de León y Castilla sentó las bases para la consolidación de la Corona de Castilla, que con el tiempo acabaría absorbiendo institucionalmente al Reino de León. Aunque inicialmente León mantuvo sus propias cortes e identidad, gradualmente fue perdiendo peso político frente a Castilla.
Esta pérdida de autonomía de León respecto a Castilla es el origen histórico de las reivindicaciones leonesistas actuales, que piden recuperar esa identidad propia leonesa diferenciada de Castilla. ¿Qué pasaría si quisieran volver a lo que un día fue su plena autonomía? Es precisamente lo que vamos a explicarte hoy.
El sentimiento leonesista, presente en la España del siglo XXI
El sentimiento leonesista tiene sus raíces en la Edad Media, cuando el antiguo Reino de León conformaba una entidad política independiente. Sin embargo, el leonesismo moderno surge en la década de 1990 como una reivindicación de la identidad leonesa diferenciada de Castilla.
Varios factores propiciaron el resurgimiento del leonesismo en ese periodo. Por un lado, la creación del primer Estatuto de Autonomía de Castilla y León en 1983 había «agrupado» territorios con identidades históricas y culturales distintas.
Por otro, la percepción de que León quedaba relegado frente a otras provincias en las inversiones y en la representación política dentro de la comunidad autónoma. Asociaciones culturales como Conceyu Xoven y partidos políticos como Unidad Regionalista canalizaron ese descontento.
En este sentido, reivindicaron una mayor autonomía e identidad propia para León. Desde entonces, el leonesismo se ha mantenido vivo en la región, con altibajos en su intensidad, pero con una aspiración constante a conseguir el reconocimiento como comunidad autónoma independiente.
¿Hacia una nueva comunidad autónoma? Atención a las reivindicaciones políticas
Una de las principales reivindicaciones políticas del leonesismo tiene que ver con la percepción de agravios comparativos de León dentro de la Comunidad de Castilla y León. Los leonesistas consideran que la actual comunidad autónoma beneficia especialmente a la provincia de Burgos.
Por el contrario, creen que León sale perjudicada en inversiones e infraestructuras. Se quejan de que León aporta una gran extensión del territorio de Castilla y León pero no recibe una financiación y proyectos acordes a su extensión y población.
Critican también que una de las principales ciudades de la comunidad, Valladolid, se encuentra demasiado alejada de León y centrada en los intereses de las provincias del este. Reclaman más descentralización del poder en Castilla y León o la creación de una comunidad autónoma propia donde León pueda autogobernarse.
Llegados a este punto, no podemos hacer más que sorpredernos por la decisión que miles de personas quieren tomar en Castilla y León. Lógicamente, mantenemos un enfoque periodístico, imparcial y objetivo, como cabría esperar de nosotros. Eso sí, hay otras noticias que nos tienen alarmados, como estas regiones de España que están en alerta por erupción volcánica. ¿Estamos ante un riesgo inminente?
