El anuncio de la feche de cierre de la central nuclear de Almaraz ha provocado un extraño comportamiento en gran parte de la población extremeña, quienes se oponen a esta medida alegando las buenas condiciones y operatividad en que se mantiene la misma.
¿Es un extraño comportamiento el no querer que la central nuclear sea cerrada?
El cierre de la central extremeña avanza aunque tenga 43 años de servicio y esté clasificada como excelente en cuanto a estándares de funcionamiento con el número 1 dentro de la clasificación que realiza la WANO, organismo que se encarga de evaluar a las centrales nucleares en cada país.
Pese a este buen desempeño de las instalaciones, según el cronograma previsto, en octubre de 2027 se procederá al apagado del reactor Nro. 1 y en octubre del siguiente año se completará el cierre de la planta con el apagado del reactor Nro. 2.
Durante una visita que hicieran periodistas a las instalaciones atendiendo a una invitación de la patronal, se pudo constatar el óptimo estado de las siguientes instalaciones:
- Almacén de residuos radiactivos
- Edificio de turbinas
- Sala de control
El personal de ingeniería mostró a los visitantes los resultados que demuestran el correcto funcionamiento de ambos reactores, así como del embalse de 25 kilómetros de circuito habilitado para la operación crucial de enfriamiento.
Durante el recorrido que hicieron los periodistas estos tal vez pudieron apreciar el porqué de la óptima clasificación recibida por la central y que representa uno de los por qué muchos se oponen a la medida de cierre.
Una visita periodística reveladora de las condiciones de la central
Los profesionales del periodismo visitaron el almacén de residuos radiactivos o ATI, unas instalaciones provistas de losa antisismo cubierta con hormigón y dentro de las cuales se encuentran 17 enormes bidones contentivos de combustible extraído de la piscina de reactores. Se trata de los residuos del combustible consumido desde 2018.
Actualmente se construye un nuevo almacén que tendrá capacidad para más de 100 bidones, pues indistintamente si se cierra o no la planta, el actual almacén se llenará en 2026 y se requerirá de suficiente espacio para el vaciado de las piscinas y residuos.
En la planta inferior de las instalaciones de turbinas de la central nuclear los periodistas pudieron apreciar las maquinarias que transforman en energía eléctrica el calor generado en el núcleo de cada reactor, mientras que en la planta superior pudieron observar las salas de control Almaraz I y II.
Desde dichas salas se monitorean los diferentes procesos que involucran el funcionamiento de la central, y en las cuales se encuentran los mecanismos que pueden detener los reactores en caso de ser necesario. Por ejemplo, en caso de alguna irregularidad en solo 2 segundos se produce el llamado «disparo» capaz de detener el reactor.
Las presiones para evitar el cierre de la central nuclear más antigua del país
A medida que transcurre el tiempo la fecha de cierre de la central nuclear se aproxima y surgen presiones diversas que buscan revertir esta medida a la que habían llegado por consenso las compañías propietarias y las instancias gubernamentales, de modo que no se produzca el apagado de los reactores.
El permiso de explotación de esta central caducó en 2020, aunque aún se mantiene operativa gracias a una prórroga otorgada por el Ministerio de Transición Ecológica, manteniendo así un proceso productivo que se inició el 1 de mayo de 1981, siendo la instalación nuclear de mayor antigüedad en territorio español.
Entre los argumentos que esgrimen los que se oponen a la medida de cierre de la central nuclear está el hecho de producir 7% de la demanda energética del país, además de los miles de empleos que genera de manera directa e indirecta.
En conclusión, la población extremeña está en vilo porque su central nuclear que se encuentra funcionando desde hace 43 años tiene calendario de cierre y su extraño comportamiento de insistir para mantenerla operativa está justificado desde distintas perspectivas.
