El foco de la defensa nacional ahora está puesto en aquello que es difícil ver y para ello en España se ha creado un nuevo ejército de élite dispuesto a enfrentar este tipo de amenazas, aunque muchos todavía se preguntan de dónde vienen los enemigos y cuáles son los graves daños que pueden provocar.
El novedoso ejército de élite de España que libra batallas invisibles contra enemigos ocultos
En el contexto de la seguridad nacional los países desde la antigüedad han preparado cuerpos armados que les permitan defender sus fronteras marítimas, aéreas y terrestres; sin embargo, en los últimos años ha adquirido notoriedad un nuevo espacio del cual surgen insospechados enemigos capaces de provocar terribles daños.
En este nuevo espacio las amenazas son prácticamente invisibles y traspasan fácilmente las fronteras físicas y mediante cosas tan simples como un código se internan en los espacios virtuales del país donde reposan activos o datos, para sustraerlos, eliminarlos o alterarlos y con ello causar grandes males.
Es el llamado ciberespacio en el cual ahora surgen las amenazas más escabrosas para la seguridad nacional y por ende ha pasado a ser denominado en términos de defensa como «El quinto dominio« y para el resguardo del mismo, España ha preparado una fuerza especial a la cual han dado por nombre MCCE.
La MCCE ha sido designada como protectora del ciberespacio y esto es lo que hace
El MCCE o Mando Conjunto del Ciberespacio es una unidad militar élite que libra batallas en el ciberespacio en la que se conoce como «Zona gris», un espacio virtual en que pese a no haberse declarado una guerra convencional continuamente hay ataques y mucha tensión, haciendo que la preparación de este cuerpo militar especial sea clave.
Esta división de élite de la fuerza armada española tiene su sede en la Base de Retamares y está conformada por 400 efectivos de alta preparación cuya única misión es la vigilancia, protección y contraataque en la zona gris del ciberespacio empleando únicamente armas digitales en las áreas de:
- Ciberseguridad
- Inteligencia artificial
- Sistemas de defensa digital.
Fue creada en 2020 esta unidad élite y se espera que su número de componentes alcance la cantidad de 1300 para 2031 con personal pertenecientes a las otras ramas que conforman las fuerzas militares españolas, asumiendo que la verdadera gran guerra del futuro se librará en el ciberespacio.
Un campo de batalla donde la lucha no es encarnizada pero los daños pueden ser cuantiosos
Asumiendo que la preparación es clave para enfrentar las amenazas que surgen de este quinto dominio o mundo digital que cada vez arropa más a la humanidad, universidades como la Universidad Politécnica de Madrid prestan apoyo a estos componentes militares recordándoles que el ciberespacio se caracteriza por:
- Ausencia de soberanía
- Debilidad jurídica
- Facilidad de acceso
- Dificultad de atribución de las acciones
Los enemigos que enfrenta la MCCE generalmente son hackers, grupos ciberdelincuentes o terroristas que realizan ciberataques; sin embargo, según el Vicealmirante Javier Roca, comandante de esta fuerza especial, la peor amenaza son las Amenazas Persistentes Avanzadas o APT.
Las APT son sofisticados grupos que cuentan con apoyo de gobiernos extranjeros y que tienen la capacidad de operar durante tiempo prolongado mediante la infiltración en redes estratégicas, por lo que el MCCE ha desarrollado una plataforma para hacer frente a estas amenazas que pueden durar años.
A esta plataforma se le ha dado el nombre de Sistema de Combate del Ciberespacio (SCOMCE), ha estado operativa desde hace 3 años y en ella se invirtió aproximadamente 80 millones de euros, y para la fecha representa una de las armas estratégicas más efectiva en la lucha que se desarrolla en el ciberespacio, utilizándose para:
- Defenderse de los ciberataques
- Recopilar inteligencia
- Lanzamiento de contraataques
En conclusión, este nuevo ejército de élite creado en España para hacer frente en las batallas que se llevan a cabo contra una gran amenaza en el medio digital representa el medio más avanzado con que cuenta el país para evitar que su población vea afectada la integridad de sus datos personales o en riesgo sus activos digitales.
