Muchas actividades del quehacer diario de las personas dependen de la energía eléctrica, y esta se puede obtener de diversas fuentes, como por ejemplo de las centrales nucleares. Sin embargo, estas pueden representar un riesgo muy serio, que en el caso particular de España podría desembocar en una gran catástrofe.
Dos centrales nucleares de España con fallas de enfriamiento
España tiene 7 reactores que generan electricidad a partir de la fisión atómica y aportan el 20% de la potencia de la red nacional. Dos de ellas, Confrentes y Vandellós, brindan un 30% de esa potencia, y según las regulaciones internacionales están llegando al final de su vida útil porque casi tienen 40 años en labores.
Por eso sus operarios hicieron ciertas inversiones para mejorarlas y obtener una prórroga para seguir funcionando. A pesar de eso, han sufrido varias paradas no programadas causadas por fallos en los sistemas de refrigeración, por lo que entró en la zona blanca del indicador de sucesos del Consejo de Seguridad Nuclear.
El envejecimiento de las plantas atómicas las convierte en un riesgo
La energía que se produce en las centrales nucleares presenta mucha eficacia y está disponible en todo momento, pero a cambio de esto se sabe que, si sus sistemas presentan alguna falla, el riesgo de contaminación radiactiva es muy elevado. Por lo que es de suma importancia considerar lo bueno y lo malo de ella.
Hoy en día, España tiene 7 plantas atómicas que producen 7MW de energía que contribuyen a alimentar la red nacional. A pesar del auge que están teniendo las fuentes energéticas verdes como las provenientes de los paneles solares y las hélices eólicas, aun se sigue confiando en la primera porque es más constante.
Sin embargo, hay que tener en cuenta que al menos dos de las centrales nucleares, que generan más de 2 MW están cerca de los 40 años de funcionamiento, que es el tiempo máximo de vida útil que pueden tener. En vista de que el plazo se acercaba, los operadores decidieron hacer inversiones importantes para repararlas.
Con esas modificaciones solicitaron una moratoria para que siguieran en funciones por más tiempo. Pero esos arreglos no han tenido la utilidad que se esperaba, pues desde el 2023 y en lo que va de este año, las plantas Cofrentes y Vandellós han tenido paradas no programadas, y la causa han sido las fallas del enfriamiento.
Todos estos problemas fueron reportados al Consejo de Seguridad Nuclear (CSN), y aunque no han representado un riesgo a la seguridad, sí encienden las alarmas por lo que pudiera ocurrir más adelante. Porque es un hecho conocido que esas centrales nucleares ya están viejas y presentan signos de deterioro.
El peligro de la fisión atómica supera sus beneficios
La energía producida por las centrales nucleares se mantendrá hasta el año 2035 en España, fecha en la que todas serán desmanteladas. Hasta ese momento, habrá que vivir con el riesgo de algún tipo de eventualidad, sobre todo en los casos de Cofrentes y Vandellós, que ya presentan daños por sus años de servicio.
A pesar de eso, hay quienes critican su eliminación, pues, aunque la energía obtenida de la luz solar y el viento han aumentado de forma significativa, aún falta desarrollar un buen sistema de almacenamiento para los momentos de escasez. Pero el peligro de una catástrofe atómica habla a favor de su desaparición.
Concluyendo, el sistema eléctrico de España ha dependido en un 20% de la energía generada por 7 centrales nucleares. Sin embargo, dos de ellas, Cofrentes y Vandellós, han presentado paradas no programadas causadas por problemas de enfriamiento, a pesar de que han sido reparadas para alargar su vida útil.












