En todas las épocas ha existido la percepción de que se está viviendo un momento crítico, y si no se hace algún esfuerzo por cambiarlo, se corre el riesgo de perder totalmente la civilización, o de que el mundo deje de ser lo que era. Ahora parece que finalmente llegamos a ese punto sin retorno, porque el destino de la humanidad está en la cuerda floja, España no puede hacerlo todo sola, y el tiempo se agota.
El desarrollo de la humanidad ha modificado el planeta
Ha pasado mucho tiempo desde que los seres humanos tomaron conciencia del entorno en el que están inmersos, y desde entonces han aprendido a manipularlo para que tome una forma que resulte más adecuada para satisfacer sus necesidades. Esto ha contribuido en gran medida a una completa modificación del planeta para convertirlo en un espacio más habitable para el desarrollo de las sociedades.
Sin embargo, se ha visto con mucha frecuencia que esas transformaciones no siempre producen consecuencias positivas, y aunque se pueden llegar a lograr algunos objetivos con cierta rapidez, a largo plazo la historia es muy diferente, y el daño puede ser irreparable. Ahora el destino de la humanidad se encuentra en la cuerda floja, España no puede sola con esa carga, y mientras tanto el tiempo se agota.
El Acuerdo de París se diluye entre retrasos
Se acerca la 30ª Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático o COP30, y la gran mayoría de las naciones suscritas no han respondido de la forma que se esperaba que lo hicieran. Además de mostrar el poco interés que tienen en tomar medidas para reducir el calentamiento global, está llevando a la humanidad hacia un camino sin retorno que puede acabar con la vida tal como la conocemos.
Hasta el presente se sabe que, una vez vencido el plazo para que los países presenten sus NDC o Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional, en las que expresan su acuerdo para disminuir emisiones de gases de efecto invernadero, apenas 10 de los casi 200 participantes lo entregaron. Y los que generan más contaminación estuvieron entre los que no lo hicieron (entre ellos este pequeño país que es muy contaminante).
Entre esos están los que controlan alrededor del 80% de la actividad económica del planeta, y que producen el 83% de las emisiones contaminantes. Todos esos atrasos pueden erosionar la confianza en el Acuerdo de París, lo que finalmente conduciría a la falta de acciones contundentes para combatir el calentamiento global, y la humanidad perdería la oportunidad de salvar a la Tierra cuando aún es posible.
España protagoniza la revolución industrial verde en Europa
La transición energética hacia las energías verdes se ha convertido para España en una fuente de bienestar ambiental y laboral, que incrementa la posibilidad de recibir nuevas inversiones internas y externas para su expansión. Esto se apoya en un programa que contempla el desarrollo basado en energías limpias como la electricidad, el hidrógeno verde o el biogás, y en la diversificación de industrias sostenibles.
Los españoles han sabido cómo explotar sus ventajas competitivas, entre las cuales se destacan su disponibilidad de recursos naturales, una infraestructura bien establecida y electricidad barata proveniente de fuentes renovables. Estos son aportes importantes para combatir el calentamiento global, pero el esfuerzo de un solo país no es suficiente para salvar a la humanidad de los estragos del cambio climático.
Concluyendo, la mayoría de los países suscritos al Acuerdo de París no han respondido como se esperaba, y apenas 10 de los casi 200 presentaron su NDC a tiempo para la próxima COP30, estos retrasos podrían poner fin a los intentos de combatir las emisiones en beneficio de la humanidad. Por su parte, España está creciendo con el desarrollo de energías verdes (aunque tiene una paradoja con estas renovables).













