La transición energética que busca alinear la demanda eléctrica con fuentes renovables, es un plan que tienen todos los países en favor de la lucha contra el cambio climático y el calentamiento global. Por esto, es necesario que admitamos la posibilidad de que Europa dependa del continente africano ya que necesita de esto que ellos tienen. Vamos a ver a que nos referimos con esta realidad.
Europa y la imposibilidad de generar su energía renovable
La región que ha hecho las apuestas más elevadas por la energía renovable, con el fin de revertir los efectos del cambio climático a través de la reducción de la emisión de gases nocivos y de dejar de depender de combustibles de origen fósil, es Europa, pero tiene muchos problemas que le impiden producir energía para su consumo con fuentes que sean renovables. Esto se debe a varios factores, sobre todo de tipo geográfico.
Esto porque la mayoría de sus estados no tiene el terreno suficiente para la instalación de grandes construcciones renovables, además de contar con pocos espacios que tengan las condiciones óptimas para generar energía en cantidades que sean financieramente viables. Otro punto en contra es que muchos de los habitantes están en contra de estas estructuras. Todo ello pone en duda la capacidad de autoabastecimiento energético del continente.
Una solución para el suministro de electricidad verde para el continente europeo
La Unión Europea se ha concientizado de que no será capaz de generar por sí sola toda la potencia eléctrica de origen renovable que requiere, por lo que ha decidido traerla desde el norte africano, estableciendo una relación de dependencia. Para ello ha traído a colación un nuevo plan que obtendría una financiación preferente del Mecanismo Conectar Europa que le daría más visibilidad. El nombre de este proyecto es Medlink.
El mismo contempla la instalación de fuentes fotovoltaicas y eólicas que suministrarían 10 GWh de electricidad junto con un sistema de almacenamiento robusto (esta potencia seria mayor a la de la energía nuclear en España que se niega a morir). La ubicación idónea de este gran sistema sería en las llanuras desérticas de Argelia y Túnez. La electricidad producida será enviada utilizando dos conductores marinos.
Que serían de alta tensión, transmitirían una potencia 28 TWh al año y llegarían hasta Italia. Esta capacidad será suficiente para satisfacer más del 7 % de la demanda energética de este país. Pero como entre las normas para este proyecto, de la Comisión Europea, se aclara que los mismos deben beneficiar como mínimo a dos países se proyecta que, una vez construido, será extensivo a Suiza, Austria y Alemania.
Como promotor de este proyecto se ha seleccionado a la empresa Zhero, que es de origen italiano y se especializa en el diseño y desarrollo de proyectos de renovables. Con esta iniciativa Europa, además de que sigue en el sendero de la transición energética, busca independizarse de la energía proveniente de Rusia como afianzamiento de la política de sanciones por la invasión a Ucrania.
Otros proyectos que se desarrollan en paralelo
Existen otros proyectos donde intervienen empresas multinacionales de España, Suiza, Alemania y otros estados de Europa que no solo actúan en el campo solar y eólico, sino que también producirán hidrógeno, combustible y amoniaco ecológicos elaborados con energías sostenibles para el abastecimiento interno del viejo continente, así como de otros mercados internacionales.
En definitiva, Europa muy pronto dependerá de África para su abastecimiento de energía renovable (el cual complementará el puente gaseoso que está proyectado entre ambos continentes), esta es una realidad que muy pocos quieren admitir. Aunque Italia sería la puerta de entrada, muy pronto se sumarían otros países como Austria, Suiza y Alemania para tener un sólido piso energético.











