Disponer de una fuente hidráulica de energía que fuera capaz de generar toda la electricidad que necesite Europa, es una aspiración que solo es posible en un mundo donde las fronteras no fueran obstáculo. Esto es factible si se hubiera llevado a la realidad el proyecto que separaría el Atlántico del Mediterráneo.
Una separación que uniría Europa con África
Esta propuesta fue presentada el 1 de marzo de 1928 por el arquitecto alemán Herman Sörgel y consistía en la construcción de una gigantesca presa ubicada en el estrecho de Gibraltar. En este punto se cerraría el paso que une el mar Mediterráneo con el océano Atlántico. El proyecto originalmente se llamó Panropa.
Aunque posteriormente fue bautizado como Atlantropa. Sería la obra de ingeniería más impresionante del mundo que daría solución a los problemas energéticos de Europa. A la vez que suponía un impulso de la economía del continente y la explotación de los recursos de África.
En qué consiste este proyecto Atlantropa y sus beneficios para el mundo
Con Atlantropa el cierre entre estas dos aguas se haría con la construcción de una central hidroeléctrica que sería la más grande y potente del mundo, con una capacidad de generación de 50.000 MW que es más de dos veces lo que produce la represa Las Tres Gargantas de China.
La represa tendría unos 300 metros de altura por 35 kilómetros de largo. Asimismo, incluía una gran red de infraestructuras entre las que estaría un puente entre Sicilia y Túnez. Por otra parte, el nivel del mar Mediterráneo se reduciría entre 100 y 200 metros haciendo emerger nuevas tierras.
Las cuales serían territorios muy fértiles para la agricultura convirtiéndose en el hogar de más de 150 millones de personas. De igual manera, sus implicaciones y beneficios geopolíticos serían muy importantes. Ya que datos aportados por la Universidad Politécnica de Madrid señalan la desalinización masiva del agua.
La que al ser desviada hacia el desierto de Sahara lo transformaría en un área fértil para el cultivo y la ganadería. Por otra parte, según estudios para la época de la Universidad de Berlín, esta obra ejercería un control de la regulación y aportaciones del Mar Negro y el océano Atlántico para que fueran sensiblemente menores.
Así se produciría una evaporación lenta, aunque constante del agua. Adicionalmente, gran parte del mar Adriático también se desecaría, por lo que emergerían nuevas tierras en África construyendo el llamado “segundo Nilo”. Esto último con los aportes del río Congo y el lago Chad.
Por otra parte, al retroceder las aguas en la costa de Palestina podría ampliarse el ansiado Israel del Pueblo Judío. Como podrás ver, Atlantropa fue un proyecto que no solo contemplaba una presa que generaría 50.000 MW sino una serie de beneficios para Europa y África al permitir la aparición de nuevas tierras para el cultivo.
El lado oscuro de este colosal proyecto para Europa y África
Este sueño también tiene sus contras, ya que reducir el nivel del Mediterráneo crearía una crisis ambiental puesto que se alteraría radicalmente el clima en la región. A la vez que reduciría al mínimo las precipitaciones en la zona mediterránea mientras se hacen más áridas diferentes regiones de África y Europa.
Asimismo, estas modificaciones climáticas se intensificarían, haciendo más frecuentes las tormentas de sal y arena que asolarían toda la región. Lo que afectaría negativamente la habitabilidad y los cultivos, sobre todo en las áreas emergidas por lo que no serían de beneficio alguno.
Concluyendo, este proyecto que ambicionaba unir Europa con África mediante la construcción de una gigantesca central hidroeléctrica que separaría el mar Mediterráneo del océano Atlántico hubiera sido la gran solución energética. Produciría 50.000 MW en electricidad, pero habría que evaluar sus consecuencias medioambientales.












