Europa pierde la esperanza ante esta grave amenaza: la isla que estamos a punto de perder para siempre

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Publicado el: 8 de septiembre de 2024
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Aunque Europa está dedicando importantes esfuerzos para cumplir con los objetivos de sustentabilidad y combatir el cambio climático, el tiempo se agota y sus consecuencias se agravan. Expertos han advertido sobre la inevitable pérdida de una valiosa isla francesa y su famosa duna blanca si no tomamos medidas extremas.

Europa ha perdido la esperanza: la isla de la Molène desaparece frente a nuestros ojos

La ciencia ha estudiado los grandes cambios climáticos a lo largo de la historia de nuestro planeta revelando los catastróficos efectos que pueden llegar a tener, como aquellos que hundieron esta isla británica donde podría haber estado habitada durante la prehistoria. Sin embargo, el calentamiento global de la actualidad ha sido provocado por las actividades humanas y podría ser más devastador.

Se trata de un fenómeno que afecta especialmente a regiones como nuestra Península Ibérica. A medida que se eleva el nivel del mar, las playas se erosionan rápidamente, lo que amenaza los ecosistemas locales y afecta al turismo, la economía y el medio ambiente. La acidificación de los océanos es otro efecto que está poniendo en riesgo la biodiversidad marina, de la cual dependen unos 200 millones de personas para su subsistencia.

En Francia, por otro lado, se encuentra la isla de Molène, en la Bahía de Lannion. La misma alberga un delicado ecosistema que depende de la duna blanca, una curiosa acumulación de arena blanca que protege la costa y su biodiversidad de las mareas. Las tormentas cada vez más frecuentes y poderosas que golpean las costas de Europa están erosionando esta duna tan rápidamente que se prevé que la isla desaparecerá en una o dos a cinco décadas.

La duna blanca de la isla de Molène: 18 000 años de historia desaparecerán en 50 años

La isla de Moléne se formó hace unos 18.000 años y cuenta con una modesta superficie de 100 metros de largo por 300 de ancho. Sus arenas blancas de origen granítico se fueron acumulando hasta dar forma a la famosa duna blanca, principal característica del lugar. En ella crecen especies vegetales cuyas raíces mantienen su integridad, la cual es esencial para proteger tanto a la isla como a su ecosistema del oleaje cada vez más violento.

Aquí habitan especies como el cormorán moñudo, la foca gris y el ostrero euroasiático, que perderían su hábitat debido al cambio climático que han provocado las emisiones CO2 de las actividades humanas. Cada ola que golpea este sitio único de Europa se lleva buena parte de la superficie de la duna blanca, que ha perdido 40 metros desde el 2016, cuando se empezaron a registrar estos cambios.

Se trata de un sitio único en toda Europa, que atrae tanto a turistas como a científicos de todas partes para estudiar sus condiciones peculiares. La escasa altura de la isla de Molène (26 metros en su punto más elevado) es el principal factor de riesgo frente a la erosión.

Europa prepara una evacuación masiva: cientos de personas perderán sus hogares

En la pequeña isla de Molène residen unas 200 personas con una rica historia que se remonta al pasado prehistórico de Europa, unos 5.000 años a.C. La rapidez con la que se erosionan las costas ha llevado a las autoridades a preparar planes para evacuar a toda la población en caso de emergencia.

La Agencia de Desarrollo Turístico y Atractivo de la costa de Armor organiza visitas a la isla para aquellos que quieran conocer sus parajes antes de que desaparezcan, aunque están limitadas a nueve personas para no comprometer más su existencia.

La emergencia climática es crítica: Europa busca el equilibrio entre el turismo y la preservación

Existen cientos de islas en Europa que guardan invaluables tesoros que deben ser protegidos del calentamiento global. Un caso similar es el de la isla más inaccesible de España, donde se han establecido rigurosos controles para que las personas puedan conocerla sin amenazar el ecosistema local.