Sabemos que la ciencia a veces toma caminos extraños y esta vez no será la excepción, pues el mundo tiene una sed de energía que parece no tener fin y ahora, en las puertas de España, harán lo que sea necesario para cumplir sus metas, incluso si para lograrlo, hay que ser amigo de los robots. Con el crecimiento explosivo de la inteligencia artificial y de los centros de datos (que consumen cantidades enormes de electricidad), la necesidad de una fuente estable y potente se ha vuelto una urgencia, pero las cosas han tomado un camino muy extraño.
Un camino extraño en las puertas España
No podemos negar que estamos utilizando demasiada energía, especialmente con el boom de la inteligencia artificial, pero ¿de dónde podemos sacar grandes cantidades de energía? pues curiosamente, respuesta a este problema, que antes era impensable, está volviendo a mirar a la energía nuclear. El problema es que esta energía es potente, pero también es la más peligrosa de todas, y los humanos tenemos límites.
A las puertas de España, en un centro de investigación en Francia, está teniendo lugar un experimento que parece sacado de una película de ciencia ficción. Los científicos están entregando el control de las operaciones nucleares más difíciles y arriesgadas a máquinas. Este proyecto usa robots humanoides y brazos mecánicos tan avanzados que pueden entrar y trabajar en zonas donde la radiación, el calor o la toxicidad harían imposible la supervivencia de una persona.
Pero ¿De qué experimento estamos hablando? El avance más visible se llama Hoxo, un robot humanoide que ya se está probando en la planta de Orano Melox, en Francia, cerca de la frontera. Hoxo, desarrollado por Capgemini y Orano, no es solo un brazo mecánico, sino una máquina equipada con IA y visión por computadora que está lista para tomar el control de la seguridad nuclear, liberando a los humanos del riesgo.
Los robots nos ayudarán a conseguir energía
Muchos se rieron del plan de Elon Musk, porque incluía robots y cosas extrañas, pero ahora, la ciencia usará robots para conseguir energía. La gran misión de Hoxo y los demás robots que trabajan en esta industria es evitar que las personas entren en zonas de alto peligro. Este robot humanoide fue creado para analizar todo a su alrededor con sensores muy exactos, moverse solo y hacer trabajos técnicos con una precisión que nadie podría igualar.
Su forma de imitar nuestros movimientos le permite adaptarse muy bien a cualquier lugar de la planta, pero la tecnología de los robots ha llegado mucho más lejos, justo donde se encuentra la energía más peligrosa. El avance más importante se ve en los pequeños reactores nucleares (las minicentrales) que se están construyendo para «quemar» la basura radiactiva más antigua.
Un avance de película
Para mover estos desechos y para arreglar las máquinas, se necesita robótica extrema. Empresas como Fluid Wire han creado brazos robóticos que funcionan sin ninguna pieza electrónica en las zonas con radiación. Los motores que les dan fuerza están protegidos afuera, y pueden trabajar con una precisión increíble, incluso bajo el agua, en temperaturas de más de 180°C y en lugares donde ningún humano podría entrar.
Sin duda, este avance de los robots al servicio de la energía nuclear es impresionante y aunque parece sacado de una película, hoy es una realidad que resuelve dos grandes problemas, comenzando porque nos ayuda a conseguir la energía estable y limpia que el mundo, lleno de tecnología e Inteligencia Artificial, necesita. Y segundo, nos permite manejar la seguridad de esta energía sin arriesgar vidas. Proyectos como Hoxo nos demuestran que la energía atómica, que antes se veía con tanto miedo, ahora puede ser más segura y fácil de usar en el futuro, gracias a que los robots que ahora, harán las misiones peligrosas por nosotros. Y si quieres ver más avances de película, aquí te contamos sobre la carrera para vencer a la muerte.











