La industria automotriz no se detiene en su empeño por desarrollar un motor potente que trabaje con algún tipo de combustible que no sea contaminante. Aparentemente, el hidrógeno iba a ser el elegido, pero contra todos pronósticos, se fabricó un propulsor que usa otro compuesto, y en seguida te diremos cuál es.
Un motor sin hidrógeno y con mucho futuro
En la actualidad, hay muchos modelos de coches que trabajan con gas natural porque ha demostrado ser una fuente de energía confiable y accesible. Adicionalmente, es completamente compatible con los nuevos estándares medioambientales, cuyas exigencias buscan mejorar la calidad del aire, disminuyendo las emisiones.
Y aunque se creía que el hidrógeno se podría convertir en el combustible del futuro, los ingenieros y los científicos no se limitaron y fueron capaces de mirar más allá. Porque también hay que tomar en cuenta la parte económica, sin dejar a un lado la ecología, y el gas natural ofrece un equilibrio armónico en ambas cuestiones.
El gas natural es un combustible viable y limpio
El gas natural es una opción viable y realista para resolver el problema de la contaminación generada por el transporte terrestre. Porque a pesar de ser un combustible fósil, tiene la particularidad de estar compuesto principalmente por metano, y después de extraerlo no necesita mucho procesamiento.
En comparación con el diésel o la gasolina, y por tanto, produce cantidades mínimas de emisiones y partículas hacia el entorno. Otra de sus características resaltantes, es que se extrae fácilmente de los yacimientos, pues no es otra que gas natural que posteriormente se comprime o se licua, por lo que su precio es más asequible.
Si se comparan los beneficios que brinda el hidrógeno con los del gas natural comprimido o licuado, obviamente este último lo va a superar. Porque a pesar de todas las previsiones, el primero resulta muy costoso debido a que su extracción sigue siendo muy complicada y requiere el uso de muchos recursos y energía.
Tomando en cuenta todos esos factores, muchas compañías dieron un paso adelante y desarrollaron los motores que usan gas natural en sus formas licuada, comprimida o renovable. Esto constituye un adelanto en la búsqueda de energías limpias, y brinda mejoras al vehículo en si mismo, porque simplifica su mantenimiento.
Este combustible aporta prestaciones similares a las del diésel y la gasolina en cuanto a potencia y rendimiento. Y si a esto se le suma una menor cantidad de emisiones que le permite cumplir con las exigencias de diversas agencias ambientales, y su bajo coste, se hace evidente que es una alternativa poderosa y confiable.
La ecología y la energía se combinan con el gas natural
Los equipos de expertos que trabajan desarrollando motores a gas natural, buscaban la armonía perfecta entre fuerza, economía, y el cuidado del medio ambiente. Con estos productos lograron mucho más, porque sus clientes obtendrán una alternativa mucho más eficiente que las máquinas anteriores que usaban diésel.
E incluso, los vehículos de carga pesada van a disponer de una mayor autonomía, porque los sistemas de abastecimiento y distribución de combustible de gas natural pueden suministrar prestaciones similares a las del diésel. De esta manera se pueden tener flotas completas que rindan con una mayor eficiencia.
Pero que, simultáneamente, tendrán la capacidad de disminuir su huella de carbono hasta la mínima expresión. Por todas estas razones, los motores que funcionan con gas natural están destrozando las previsiones que indicaban que el hidrógeno sería el combustible favorito en el futuro, porque sigue siendo caro e inaccesible.
En conclusión, el gas atural se usa como fuente de energía para los motores porque les brinda un excelente rendimiento, está disponible en muchos lugares, y ofrece una eficiencia equiparable a la del diésel, pero con un mínimo de emisiones. Esto hace que el hidrógeno luzca como un combustible inaccesible y muy costoso.













