La Unión Europea ha encumbrado al hidrógeno verde como el vector energético del futuro, tanto como materia prima o para utilizar de combustible, tal como está utilizando en este caso, y será el protagonista de la transición efectiva hacia fuentes de energía cero emisiones de carbono. Sin embargo, un estudio reciente pone en jaque estas creencias, evaluando la huella en toda la cadena de valor.
Un reciente estudio pone en jaque las creencias de la UE con respecto al hidrógeno verde
El órgano de máxima autoridad europea ha establecido como fecha límite al año 2030 para la producción de 10 millones de toneladas de hidrógeno verde y la importación de otra cantidad similar para abastecer el consumo del continente y reducir al mínimo la dependencia de los fósiles.
No obstante, ante la obstinada e irrefutable teoría, un profesor de la Universidad de Radboud y la Universidad Tecnológica de Eindhoven, Kiane de Kleijne, se dedicó a estudiar y medir las emisiones de carbono y gases de efecto invernadero derivadas de la producción y el transporte del hidrógeno.
Según el informe publicado en la revista Nature Energy, las evaluaciones que comprenden todo el ciclo de vida del gas renovable podrían resultar decepcionantes para aquellos que lo postulan como la única salida viable y limpia para la transición energética.
Las cifras de la investigación que podría desmitificar la inocuidad del hidrógeno verde
La investigación llevada a cabo por de Kleijne comprendió las mediciones de gases de efecto invernadero de más de 1000 proyectos de hidrógeno verde puestos en marcha, incluyendo las emisiones durante la producción y el transporte.
Las conclusiones fueron contundentes y confirman que la energía que se obtiene por la descomposición de los elementos del agua mediante electrólisis es realmente renovable cuando se utiliza tecnología verde para su producción y se realiza a nivel local.
Es decir que el hidrógeno verde es efectivamente la energía del futuro sin emisiones en tanto que, durante su fabricación se utilice electricidad proveniente de estructuras solares o eólicas y se reduzca al mínimo el trayecto del transporte.
Las condiciones de producción y transporte del hidrógeno verde intervienen en su capacidad cero emisiones
El profesor que confirma la inocuidad del hidrógeno verde en proyectos donde la producción se lleva a cabo por energía renovable y de forma local, subraya la tendencia a elevar las emisiones cuando valora todo el ciclo de vida de creación.
Por un lado, de Kleijne sostiene que la energía proveniente del sol es mejor que la eólica teniendo en cuenta las emisiones de carbono generadas en la fabricación de aerogeneradores y la industria del acero para los electrolizadores.
Adicionalmente, coloca su atención en los métodos de transporte de la energía, aumentando el riesgo de fuga y el nivel de la huella de carbono a mayor distancia recorrida. En estos casos, postula al formato líquido como más viable para mayores trayectos, pero insiste en la fabricación local.
El gran potencial del hidrógeno verde proveniente de energías renovables y de producción local
El informe es un llamado de atención para quienes no consideran toda la cadena de vida de la fabricación de energía y para evaluar la conveniencia de instalación de industrias tan alejadas de la región de origen.
Tal es el caso que se produce en zonas como Brasil o África donde se fabrica hidrógeno verde a partir de la excelente capacidad de exposición al sol y menores vientos. Sin embargo, el traslado a Europa implica un aumento de emisiones y de fugas durante el transporte que hasta hoy no eran consideradas.
A partir de ahora, las evaluaciones de viabilidad de instalación y fabricación del hidrógeno verde podrán certificarlo como la energía limpia y renovable que es y convertirse en el recurso más eficiente para el cambio climático en los próximos años. Aquí podrás conocer un proyecto que utiliza hidrógeno verde para el transporte











