Los proyectos de hidrógeno verde han prosperado por toda Europa en los últimos años gracias al apoyo de gobiernos y empresas que ven en este gas noble la alternativa más prometedora a los combustibles fósiles. No obstante, un reciente informe sugiere que habría que moderar nuestras expectativas en este sector, ya que predicen un futuro incierto para esta industria en la que ya se han invertido miles de millones de euros.
El hidrógeno verde afronta un futuro incierto: ¿Hemos invertido demasiado en estos proyectos?
Europa es una de las regiones que más promueven el futuro mercado del hidrógeno verde como alternativa libre de emisiones tanto para sectores industriales, como para los coches, el transporte pesado y la industria naval. Si bien es cierto que se trata de una fuente renovable con grandes beneficios para la descarbonización, algunos expertos advierten que existe contaminación en el ciclo de vida del H2.
Mientras la Unión Europea destina miles de millones de euros en el desarrollo de instalaciones de producción y transporte de hidrógeno y derivados como el amoniaco, compañías de gran importancia como Toyota y Coca-Cola firman acuerdos para llevar el combustible al transporte pesado de mercancías.
Aun así, un documento presentado recientemente por la OBS Bussiness School pone sobre la mesa un nuevo cuestionamiento más allá de si el hidrógeno emite contaminación o no. El estudio se enfoca en la rentabilidad de este nuevo combustible, afirmando que sus costos de producción resultan prohibitivos en comparación con el petróleo y sus derivados y podría ser la base de un nuevo monopolio chino.
Los expertos predicen un proceso de «selección natural» para los proyectos de hidrógeno verde
Para producir hidrógeno sin recurrir a métodos tradicionales como el reformado de gas natural, que genera emisiones de CO2, se requieren electrolizadores de gran escala que todavía resultan muy caros de producir en Europa. Por estas razones es que el documento de la OBS advierte que la producción y comercialización de este combustible a gran escala implica una fuerte dependencia de la financiación estatal.
Esta dependencia se traduce en décadas de inversiones para que el H2 sea un producto de mercado rentable para la industria automotriz y las energías renovables. Pero las ayudas estatales no pueden ser infinitos, por lo que el reporte advierte de un proceso de «selección natural» que dejará a muchos de los proyectos actuales en el camino.
Según los datos aportados por el documento de la OBS, sólo aquellos proyectos de hidrógeno verde que demuestren perspectivas sólidas a largo plazo y una inversión sostenida por parte de privados y públicos serán los que lleguen a concretarse en el futuro próximo.
Las regulaciones a las importaciones chinas pueden echar por tierra los proyectos europeos
Los electrolizadores de escala industrial son el elemento clave para separar las moléculas de hidrógeno del agua sin emitir ningún tipo de contaminación. Fabricar estos componentes en territorio europeo tiene un costo hasta cuatro veces más elevado que importarlos desde China.
El problema en este sentido es que la UE ha impuesto altos aranceles a las importaciones chinas para ayudar a la industria nacional a competir en este mercado, lo que supone un obstáculo importante para el H2 y requeriría la revisión de estas regulaciones si queremos que el combustible del futuro pueda reemplazar al petróleo con un precio competitivo.
¿Cuáles serán las empresas que sobrevivan a la «selección natural» del hidrógeno?
Aunque el reporte de la OBS pueda parecer un tanto pesimista frente a las grandes promesas que se han hecho en torno al hidrógeno verde, lo cierto es que no desmiente los beneficios de este combustible. En realidad, nos revela que la estrategia más acertada será la diversificación. Este ha sido el enfoque que Toyota ha defendido durante años, y que ha impulsado el desarrollo de su motor híbrido que funciona con todos los combustibles.











