El calentamiento global está apretando cada vez más la situación, y hemos visto en 2024 los efectos que esperábamos para 2050. Sin embargo, ahora nos llevamos una decepción mundial al conocer el dinero que necesitaríamos para acabar con la huella de carbono —y evitar que el padre de todos los huracanes arrase con todo—. Te contamos lo que se ha descubierto, y te adelantamos que no hay buenas noticias.
La huella de carbono, un veneno para el planeta que hemos creado
La huella de carbono es la cantidad total de emisiones de gases de efecto invernadero generados por una persona, organización, evento o producto. Se mide en toneladas o kilogramos de dióxido de carbono equivalente. Las principales fuentes de emisiones son la quema de combustibles fósiles y la deforestación.
Reducir la huella de carbono es crucial para mitigar el cambio climático y sus impactos. Los científicos advierten que si no reducimos drásticamente las emisiones en las próximas décadas, las temperaturas globales aumentarán a niveles peligrosos, que es precisamente lo que intentamos evitar.
Existen objetivos globales para limitar el calentamiento global, como los establecidos en el Acuerdo de París, que busca mantener el aumento de la temperatura por debajo de 2 °C y llegar a emisiones netas cero para 2050. También hay metas para incrementar el uso de energías renovables.
Este es el dinero que nos costaría reducir la huella de carbono: no te creerás la cifra
Reducir la huella de carbono a nivel mundial requerirá inversiones masivas en múltiples sectores. Según un informe de la Agencia Internacional de Energías Renovables (IRENA), se necesitarán aproximadamente 110 billones de euros de inversión acumulada hasta 2050 para alcanzar los objetivos del Acuerdo de París.
Otras estimaciones también proyectan la necesidad de movilizar billones de dólares. La Fundación Rockefeller calcula que se requerirán $25 billones hasta 2030 para acelerar la transición energética, expandiendo el acceso a energía limpia en países de bajos ingresos.
Comparando estas dos estimaciones, está claro que los costos totales serán astronómicos. Mientras IRENA proyecta $110 billones hasta 2050, la Fundación Rockefeller estima $25 billones solo hasta 2030 para un sector, resaltando la magnitud de las inversiones necesarias. Reducir emisiones en todos los sectores requerirá
El sector energético, todavía más caro: ni vendiendo el planeta lo haríamos
La transición energética mundial hacia fuentes renovables requerirá una inversión sin precedentes. Se estima que se necesitarán alrededor de 10 billones de dólares de aquí a 2030 para alcanzar los objetivos globales en materia de energías limpias (por eso decimos que ni vendiendo el planeta).
Esta astronómica cifra refleja la enorme magnitud del reto. Implica reemplazar gran parte de la infraestructura existente basada en combustibles fósiles por nuevas tecnologías de generación renovable como la solar, eólica e hidroeléctrica. Además, se requieren mejoras sustanciales en las redes eléctricas.
Otros factores que incrementan los costos son la necesidad de desarrollar sistemas de almacenamiento de energía a gran escala para compensar la intermitencia de las renovables y de implementar tecnologías inteligentes de gestión de la demanda.
Lo cierto es que la transición no consiste únicamente en agregar capacidad renovable, sino en una transformación integral de cómo producimos, distribuimos y consumimos la energía. Por ello, alcanzar las metas climáticas y de descarbonización implica una inversión colosal en el sector energético mundial.
Como ves, la huella de carbono nos va a salir más cara de lo que habíamos imaginado, con billones de euros o dólares por delante que deberemos invertir en algún momento. Pero no te fijes en lo que nos costará eliminarla, sino en el problema que hemos creado al generarla y fortalecerla durante décadas. Esta es la situación que tenemos por delante, a la que se suma esta alerta máxima a España por el Atlántico.












