Existe una gran disyuntiva entre las necesidades energéticas, que se incrementan de forma acelerada con el aumento poblacional y el desarrollo de nuevas tecnologías, y los múltiples daños que sufre el ambiente por los diferentes métodos que se usan para tratar de satisfacerlas. Ahora nos encontramos ante el peor escenario para la humanidad, porque hallaron un tesoro que acabará con el pulmón del mundo.
El pulmón del mundo está bajo amenaza
En los últimos años se ha intentado revertir el deterioro que ha sufrido el medioambiente a causa de las diversas actividades desarrolladas por los seres humanos a lo largo y ancho del planeta. Según diversos estudios, resulta fundamental que quienes están a la cabeza de las diversas industrias tomen medidas para reducir la emisión de gases de efecto invernadero y también la generación de contaminación.
Por otra parte, si realmente se tiene la intención de proteger la vida presente y la de las generaciones futuras, este es el momento de realizar acciones contundentes para proteger los recursos naturales de la sobreexplotación. Es necesario encontrar el equilibrio entre el progreso y la naturaleza, porque estamos ante el peor escenario para la humanidad, pues hallaron un tesoro que acabará con el pulmón del mundo.
La humanidad podría cambiar la naturaleza por combustible
La Amazonía es conocida como el pulmón del mundo, y ahora también podría convertirse en una gran fuente energética, pues estudios recientes han detectado grandes yacimientos petrolíferos en esa región. Esto genera una disyuntiva, porque si explotan indiscriminadamente el oro negro, se obtendrían ganancias económicas y mucho combustible, pero se perdería un recurso natural esencial para la humanidad.
Aunque en realidad, desde hace años está sufriendo los estragos causados por la explotación petrolera, se sabe que numerosas áreas entregadas en concesión a diversas empresas sobrepasan los márgenes de al menos 61 zonas naturales protegidas, y 441 se internan en los territorios de los nativos de la región. Y similar es lo que podría ocurrir si se explotan los depósitos de petróleo que se hallaron recientemente.
Hasta el presente, la extracción de combustibles fósiles ha incrementado los ingresos económicos de países como Brasil, Ecuador y Perú. Pero se ha pagado un costo muy elevado, porque los daños ecológicos son irrecuperables y perjudican a toda la humanidad, y las poblaciones indígenas que se han visto afectadas por esa actividad no han recibido nada a cambio, siguen en la miseria y sin acceso a servicios básicos.
La sostenibilidad choca con el petróleo amazónico
Constantemente se monitorea la presencia de petróleo alrededor del planeta (como este que España no quiere abrir y con razón), y hace un año se conoció que había 25 000 millones de barriles de petróleo equivalente (BPE), de los cuales 5300 millones estaban en la Amazonía. Esto la pone en el radar de las grandes empresas de petróleo, lo que pone en riesgo la vida de sus poblaciones indígenas y la pérdida del pulmón del mundo.
Todo esto es totalmente opuesto a la sostenibilidad, debido a la deforestación, la contaminación de aguas y tierras a causa de derrames y accidentes petroleros, así como también por las enormes cantidades de emisiones contaminantes de gas metano y CO2, que contribuyen al calentamiento. Si esta clase de actividad se mantiene por más tiempo, el futuro de la humanidad se verá seriamente comprometido.
En conclusión, estudios recientes revelaron que hay importantes yacimientos en la Amazonia que contienen unos 5300 millones de barriles de petróleo equivalente (BPE), que se sumarían a los que ya explotan Brasil, Ecuador y Perú. Esto ha generado ingresos importantes, pero no ha beneficiado a los indígenas ni a la humanidad, ha causado contaminación y deforestación (aunque se dice que el fin de la era del petróleo es inminente).
