Los inhaladores salvan millones de vidas al año: Pero provocan un mal mayor que nos afecta a todos

Imagen autor
Publicado el: 14 de octubre de 2025
Síguenos
Inhaladores

Los inhaladores constituyen un tipo de tratamiento muy popular con la potencialidad de salvar a millones de personas con problemas respiratorios. Sin embargo, los buenos efectos que producen en la salud de quienes los utilizan se ven opacados por el mal mayor que provoca a todos a nivel general. En este contexto, puede parecer paradójico que este dispositivo médico tenga la capacidad de mejorar las condiciones de alguien que enfrenta dificultades para respirar, pero igualmente posee la potencialidad de dañar a muchas personas porque algunos efectos que provoca influyen en muchas vidas cada año.

Los inhaladores ayudan a millones a respirar bien pero igualmente condenan a la asfixia a muchos más

Hay dispositivos médicos muy populares que se han utilizado a través del tiempo porque sus beneficios han sido ampliamente comprobados, y entre ellos se encontraban los inhaladores. En pasado porque ahora se tiene la duda sobre si los efectos positivos individuales justifican los negativos que afectan a nivel colectivo.

Los inhaladores son utilizados frecuentemente en casos que requieren la administración de medicamentos que van directamente a las vías respiratorias y pulmones, y hasta ahora nadie hubiera pensado que luego de tantos años de uso y haber salvado millones de vida se haya comprobado que están poniendo en riesgo a muchos más al contaminar el planeta.

De acuerdo a un reciente estudio efectuado por UCLA Health en Estados Unidos, en donde se realizó una medición de las emisiones de inhaladores, este tipo de tratamiento tiene un elevado costo ambiental. La razón es que utiliza como propelente un gas con alto efecto invernadero que causa un gran mal ambiental.

Millones de toneladas anuales de gas de efecto invernadero son producidos por una o dos inhaladas

La cuantificación de las emisiones de este dispositivo durante los últimos 10 años resultó en la generación de una cifra superior a las 2 millones de toneladas de CO2 cada año. Esta cantidad emitida equivale a la lanzada a la atmósfera por un número cercano a los 500 mil coches impulsados por motores de combustión.

El análisis comprendió el estudio durante el periodo 2014 – 2024 de las emisiones generadas por tres distintos inhaladores que habían sido aprobados para enfermedades respiratorias como el asma. Se comprobaron los severos daños al ambiente provocados por una dosis promedio de estos dispositivos.

Las emisiones durante esos 10 años correspondieron al 98% de las emisiones producidas por estos dispositivos, o sea, no se trata de inhaladores verdes. Para ello se consideró que en este tipo de tratamiento se encuentra como propelente el hidrofluoroalcano (HFA), uno de los gases de efecto invernadero que normalmente se utilizan con este propósito.

La facilidad de uso y el bajo precio son dos de las razones que han llevado a la expansión de la huella de carbono

Los inhaladores que no requieren de propelente para hacer llegar el medicamento hasta los pulmones son considerados menos dañinos para el ambiente. En este grupo de dispositivos se encuentran los secos y de polvo suave. El empleo masivo de los que usan propelente, pese a generar un mal mayor, tal vez obedece a su facilidad de uso.

Es curioso que antes de utilizar el actual HFA responsable del calentamiento global se utilizara CFC o clorofluorocarbonos, los cuales provocan disminución de la capa de ozono. Es decir, con el reemplazo del propelente se cambió un mal ambiental por uno mayor.

De acuerdo con el científico que lideró el estudio, el doctor William Feldman, se requiere replantear las estrategias terapéuticas y la promoción de alternativas con menor huella de carbono, para no afectar el ambiente sin que se reduzca la calidad o eficiencia del tratamiento.

En conclusión, es una paradoja que los populares inhaladores con que se administran medicamentos para enfermedades respiratorias tengan la capacidad de salvar millones de vidas mediante la mejora de la respiración, pero contrariamente posean la potencialidad de dañar a la humanidad degradando el aire que respiramos. El detalle está en el propelente que utilizan, porque este es el responsable de millones de toneladas de emisión. En consecuencia, es necesario reconfigurar las estrategias de administración del tratamiento con el propósito de cambiar hacia alternativas con menor huella de carbono.