El archipiélago de las Islas Canarias es una región conocida por su actividad sísmica y volcánica. Estos temibles fenómenos geológicos fueron los que dieron origen al grupo de islas que hoy es reconocido por su imponente belleza y exóticos paisajes. Cerca de El Hierro, existe una isla hundida bajo el mar que es el testimonio de la más reciente erupción del volcán Tagoro.
Una isla hundida bajo el mar en España: ¿Podría ser la próxima en ser habitada?
Las Islas Canarias se originaron hace millones de años por la erupción de los numerosos volcanes, tanto superficiales como submarinos. Estos volcanes , parte integral de los paisajes únicos que pueden apreciarse al visitar las diferentes islas de la región, continúan activos y son monitoreados constantemente por organismos especializados de España y la Unión Europea.
Cada vez que uno de estos volcanes despierta, provoca grandes cambios en los ecosistemas y paisajes circundantes, destruyendo y creando nuevos biomas y dejando un rastro de campos de lava y grandes cráteres, como el que se puede visitar en la isla de La Palma. Este volcán despertó por última vez en 2021, dejando rastros que todavía se pueden apreciar.
El volcán submarino Tagoro, muy cerca de la isla de El Hierro, ha dejado una huella indeleble incluso más de una década después de su última erupción, en 2011. Durante 80 días los gases tóxicos y la piedra fundida dejaron un rastro verdoso y una estela de peces muertos que fueron acompañados de unos 10 000 terremotos, cambiando drásticamente el paisaje y dejando una nueva isla hundida.
Un hito para la sismología: los expertos ya hablan de «un laboratorio al aire libre»
La erupción del Tagoro en 2011 fue de gran importancia para la comunidad científica, ya que fue la primera en ser monitoreada desde los primeros indicios hasta que, tres meses meses después, la tierra finalmente quedó en calma. Gran parte de la vida marítima en la región fue destruida debido a la acumulación de lava volcánica los miles de terremotos.
Gracias a que la actividad volcánica ocurrió a unos 5000 kilómetros de la isla herreña, a una profundidad de 1000 metros, las comunidades locales no llegaron a sufrir los efectos más graves. Sin embargo, las costas canarias se llenaron de fauna marina que sucumbió por los efectos del increíble calor generado y las emisiones de vapores tóxicos que tiñeron las aguas de verde.
La toponimia de la zona sufrió un cambio drástico que ha día de hoy siguen siendo estudiados por la comunidad científica. El IGN (Instituto Geográfico Nacional) monitoreó de cerca todo el fenómeno, lo que brindó una gran cantidad de valiosa información para prevenir y solventar los efectos de este tipo de actividad antes de que pueda afectar en el futuro a las comunidades locales.
El Tagoro podría despertar de nuevo: lo que sucederá dentro de unos años
Doce años después de este terrible suceso, el Tagoro sigue activo y podría volver a despertar. Sin embargo, el instituto INVOLCAN ha llevado a cabo numerosos estudios que han revelado datos valiosos sobre la recuperación de la fauna y flora marítima. También ha contribuido a grandes mejoras con respecto a los sistemas de prevención y reducción de daños.
Con esta información podríamos llegar a desarrollar métodos efectivos para la recuperación de los biomas submarinos productos de actividades pesqueras, petroleras y navales, entre otras. Se calcula que la erupción produjo entre 400 y 500 millones de metros cúbicos de materia volcánica, la cual ha dejado tras de sí una isla hundida bajo el mar que aún no tiene nombre.
Las Islas Canarias se han convertido en uno de los principales destinos turísticos gracias a las características únicas que han generado los volcanes a lo largo de toda la historia de la región. Pero Las Bahamas españolas no sólo son famosas por sus playas y atardeceres, como bien demuestra el Tagoro en un recordatorio de los primitivos orígenes de esta tierra.
