Las paradísiacas «islas donut» que querrás visitar: aquí están los mejores paisajes de la Tierra

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Publicado el: 16 de abril de 2024
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islas, atolones

La inmensidad del mar bien nos podría dar para sacar mil temas fascinantes, aunque solo algunos como esto que han encontrado en el fondo submarino nos dejan sin habla. ¿Has oído hablar de las paradisíacas y enigmáticas «islas donut» que salpican la geografía terrestre? Quizá no te suenen Tokelau, Marshall o Bikini, pero no te vas a creer los paisajes de otro planeta que regalan a sus visitantes.

Las «islas donut»: una maravilla de la humanidad casi por descubrir

Un atolón es una isla coralina en forma de anillo que rodea una laguna central. Se forman a partir de arrecifes de coral que crecen sobre la cima sumergida de un volcán submarino. Con el paso de miles de años, el volcán se hunde gradualmente bajo el nivel del mar, mientras que el arrecife de coral continúa creciendo y expandiéndose.

Eventualmente, el arrecife crece lo suficiente como para sobresalir por encima de la superficie del océano, formando una barrera de islotes que encierran una laguna poco profunda. Los atolones son característicos de los océanos tropicales, especialmente en el Océano Pacífico.

Esta es la razón por la que no vas a ver ninguno en Europa (más quisiéramos). Una de las cuestiones que más sorprenden de este tipo de estructuras es cómo puedes tener playa por un lado y por el opuesto. Igualmente, la profundidad del agua en la parte interior suele ser muy reducida.

Un vistazo a cómo se forman los atolones: un regalo del planeta

Los atolones tienen una serie de características que los hacen únicos como formaciones geográficas. La principal es que están rodeados por una barrera de coral que forma un anillo casi continuo. Esta barrera coralina puede tener varios kilómetros de diámetro y rodea una laguna central poco profunda.

El coral crece sobre la plataforma sumergida del antiguo volcán, alimentándose de los nutrientes del océano. Con el paso de miles de años, el coral se acumula y va emergiendo hasta formar pequeñas zonas arenosas, conocidas como motus y que habrás visto en algunas postales de Maldivas o lugares parecidos.

Dentro de la laguna, el nivel del mar suele ser más alto que en mar abierto. Esto se debe a que la barrera de coral bloquea parcialmente el flujo de las mareas. El agua de la laguna es generalmente más caliente y tiene menos nutrientes, sobre todo, porque tiene un mayor porcentaje de algas que le dan esa coloración tan azul.

En algunos puntos, la barrera coralina presenta aberturas que comunican la laguna con el océano. Estos canales permiten el intercambio de agua y son zonas de gran biodiversidad, ya que atraen a los peces —y tiburones, en algunos lugares— desde mar adentro.

Los atolones más famosos, al detalle: lugares que querrás visitar sí o sí

Los atolones son característicos de los océanos tropicales, especialmente en el Océano Pacífico. Algunos de los atolones más famosos del mundo incluyen a los atolones de las Maldivas en el Océano Índico y los atolones de Kiribati, Tuvalu y las Marshall en el Pacífico.

En total hay varios cientos de atolones dispersos por los océanos del planeta. De hecho, hay países que tienen varios, como es el caso de Tokelau. Esta es una pequeña nación situada cerca de Australia y que se convirtió hace poco en el primer país (aunque no 100 % independiente) en generar toda su electricidad con renovables.

Como has visto, estas «islas donut» son mucho más que simples trozos de tierra rodeados de mar. Los atolones conservan algunos de los paisajes más llamativos de nuestro planeta, y una de ellas se ha convertido en el primer pais digital de la historia. ¿El motivo? Tiene bastante que ver con la sostenibilidad o, mejor dicho, con los peores efectos del cambio climático sobre la Tierra, que ya se perciben.