La IA empieza a controlar la vida de los españoles: Inicia aquí y nada la detendrá

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Por Luz V.
Publicado el: 18 de noviembre de 2025
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Autobús

Las ciudades modernas están obsesionadas con la movilidad. El tráfico, los atascos, el transporte público y cómo nos movemos de un punto a otro se han convertido en el dolor de cabeza diario de millones de personas y en el principal reto de cualquier ayuntamiento. Durante años, hemos aceptado que la congestión y el caos son, simplemente, el precio a pagar por vivir en una gran ciudad. Para intentar poner un poco de orden, las administraciones llevan tiempo usando la tecnología como una herramienta para mejorar la fluidez y reducir las emisiones.

De asistente a inspector de tránsito

Pero esto está cambiando. La tecnología está dejando de ser una simple ayuda para la gestión del tráfico y está empezando a vigilarlo. El foco ya no está puesto en ayudarnos a movernos mejor. Ahora está en controlar cómo nos movemos. Estamos pasando de un modelo de asistencia a uno de inspección. Y lo está haciendo a una velocidad difícil de seguir, sin que apenas nos demos cuenta o hayamos tenido un debate serio al respecto.

El cambio puede parecer pequeño, pero es profundo. No se están usando estas nuevas herramientas para perseguir grandes delitos o peligros evidentes en la carretera. El objetivo son las pequeñas infracciones cotidianas. Esas cosas que, hasta ahora, solían escapar al control porque era demasiado caro o complicado poner un agente en cada esquina para vigilarlas. Pero eso está cambiando.

La IA empieza a controlar la vida de los españoles

Aquí es donde entra en juego la Inteligencia Artificial, y lo cambia todo. La IA ha hecho que el costo de sancionar sea prácticamente cero. Una vez que el sistema está instalado, vigilar a todo el mundo, todo el tiempo, es increíblemente fácil y barato. Las administraciones españolas empezaron a tomar nota. Ya no es una teoría. Las pruebas piloto y los despliegues son una realidad en las calles.

En Barcelona, por ejemplo, empezaron a equipar autobuses con cámaras. Una prueba reciente con solo cuatro vehículos detectó 2500 ocupaciones ilegales del carril bus en un solo mes. Es decir, más de 80 infracciones diarias. En Madrid, el ayuntamiento ha instalado semáforos inteligentes que cuentan peatones en tiempo real. Además ya anunciaron sistemas que multarán automáticamente a quien no lleve puesto el cinturón de seguridad.

El ojo que parece verlo todo

La Dirección General de Tráfico (DGT) fue un paso más allá. Ya ha desplegado cuatro nuevas cámaras en autovías clave de Madrid (A-1, A-2, A-6 y A-42) con un solo objetivo. El de cazar a quien pise o cruce una línea continua. El sistema es simple y letal: una cámara graba la matrícula al inicio del tramo y otra al final. Si el sistema de IA detecta que el coche cambió de carril entre esos dos puntos, la multa es automática. Hablamos de hasta 200 euros.

Esto marca la diferencia con un radar clásico. Estos nuevos sistemas convierten la ciudad entera en una zona vigilada por completo. Cada autobús se convierte en un inspector en movimiento y cada cruce peatonal en un punto de control. La IA cambia radicalmente  el dónde y cuánto se multa a los usuarios. Pasa de ser una vigilancia selectiva a una vigilancia total.

Esto abre un debate algo delicado. Este nuevo sistema genera una sensación de ojo omnipresente. El ciudadano deja de ser un usuario del espacio público para convertirse en alguien observado permanentemente por un algoritmo. Esto nos deja con diversas preguntas que responder. ¿Hasta que punto está bien que nos grabe y sancione una máquina? ¿Qué márgenes de error tiene esta tecnología? La IA dejó de ser algo de moda para convertirse en parte de nuestra vida diaria. Quedará en nosotros ver hasta dónde puede llegar.