La energía solar es una de las fuentes alternativas más sostenibles, ecológicas y amigables con el medio ambiente que se usan en la actualidad. Producto de esta preferencia se ha incrementado la necesidad de los paneles solares. Pero estos contienen un material maldito que puede limitar este crecimiento y ser su fin.
Los paneles solares: el material maldito que es un mal necesario
Las placas fotovoltaicas utilizan gran cantidad de materiales en su construcción como silicio, aluminio, vidrio, fibra, etc., pero hay uno conocido como «el material maldito» por ser muy común pero que va en camino a no estar tan disponible como hasta ahora. Nos estamos refiriendo a la plata.
Este metal resulta vital como parte de las células solares en la industria de la fotovoltaica. Puesto que los fabricantes lo utilizan en polvo, con el cual crean una pasta a la que añaden las obleas de silicio que forman parte de los paneles solares, utilizándose como conductor de electricidad y para recubrir algunos componentes.
La plata en las placas fotovoltaicas y las advertencias sobre su uso
Su uso en los paneles solares es debido a su extrema conductividad eléctrica. Por lo que es ideal para las conexiones de almacenamiento en baterías y para la alimentación de equipos. El problema es que, aunque se utiliza en una cantidad muy pequeña, la masificación de la energía fotovoltaica incrementará su demanda.
Lo que representa un gran inconveniente, ya que su disponibilidad es limitada, además que no es un metal barato. Esto se refleja en el informe presentado por estudiosos de la Universidad de Nueva Gales del Sur, Australia. En el mismo se aclara que estamos ante una creciente y constante demanda de plata.
Puesto que se aspira que Europa posea unos 300 MW instalados en el 2028. Si se sigue con este ritmo de crecimiento, se ha estimado que para el 2050 la energía fotovoltaica disponible llegue a unos 40 o 60 TW. Viendo estas cifras ¿cómo se haría para satisfacer esta gran demanda de plata requerida ahora y en el futuro?
Y esto no es lo más preocupante, puesto que la migración hacia tecnologías más eficientes necesita este compuesto para sus conexiones, ya que no se ha conseguido otro material capaz de suplirlo. Por lo tanto, su demanda seguiría aumentando, incrementando su costo y arriesgando su suministro.
Ahora, si hablamos de los costos, esto también es causa de preocupación, ya que el promedio del incremento anual en los precios ha sido de más del 50 %. Lo cual viene ocurriendo desde el 2019, lo que ha repercutido de manera poco perceptible, pero de manera creciente, en el costo final de las instalaciones fotovoltaicas.
Por lo tanto, la advertencia es clara de que si no se consigue un compuesto que emule la conductividad de la plata, su demanda llegará a más de un 20 % de la producción mundial en el 2027. Lo que representará un aumento del 40 o 50 % de los paneles solares, encareciendo esta energía.
Lo que se ha hecho para evitar el fin de la energía fotovoltaica por esta causa
La industria fotovoltaica ha hecho grandes esfuerzos en la reducción del uso de la plata en la elaboración de los paneles solares. Sobre todo, en los últimos años, donde pasó de 65,1 mg / W a 19,5 mg / W, también nuevas tecnologías han optimizado su necesidad. Pero esto no es suficiente.
En conclusión, este material maldito tan necesario en los paneles solares hace que el mundo se enfrente a una gran demanda que va de la mano con el incremento de la capacidad fotovoltaica instalada. Por lo que es menester conseguir nueva tecnología que no requiera de este metal para su funcionamiento eficiente.











