Las últimas tendencias en el diseño de edificios y viviendas se caracterizan por dejar entrar la luz natural la mayor parte del día, a través de grandes paredes vidriadas o espectaculares ventanales. Sin embargo, tienen la desventaja no ser muy buen aislante ni cuidar de la privacidad interior. En este sentido, un laboratorio ha desarrollado un aislante térmico perfecto para sustituir al vidrio en la construcción.
¿Cuál es este nuevo aislante térmico?
Está comprobado que vivir en ambientes luminosos es beneficioso para la salud, mejora la capacidad de concentración y el estado de ánimo. Aun así, es necesario pensar en sistemas de cerrado, como persianas o cortinados para mantener la privacidad y una temperatura fresca durante las horas de sol pleno.
No obstante, un equipo de científicos del Instituto Tecnológico de Karlsruhe (o KIT) han desarrollado un metamaterial multifuncional microfotónico (PMMM) basado en polímeros, que puede ofrecer una solución más eficiente a los problemas derivados del exceso de luminosidad y transparencia.
Este nuevo material que se presenta como un novedoso aislante térmico por sus propiedades, presenta estructuras de superficie piramidal de base cuadrada a escala micrométrica, difuminando la luz, realizando un enfriamiento radioactivo, y manteniendo cierto nivel de transparencia con un agregado más.
Componentes de este metamaterial que puede sustituir al vidrio en la construcción
Los materiales utilizados para lograr esta tecnología que difumina la luz se han escogido por sus propiedades rentables, su estabilidad, su sostenibilidad, semitransparencia y sus altos niveles de emisión de ondas. Uno de los elementos utilizados es el polidimetilsiloxano y una oblea de silicio.
Colocados en un molde de silicona y a través de un proceso de fundición se logra una película delgada material aislante térmico de diez micrómetros, que es una décima parte del diámetro de un pelo. Esta medida permite el paso de la luz en un 73% generando esa visión borrosa desde un lado, el exterior.
Sin embargo, su nivel de transmitancia o luz que deja ingresar hacia el interior es mayor a la de un vidrio convencional, logrando un índice del 95% frente al 91% de las ventanas tradicionales. Pero su mayor logro es el nivel logrado como aislante térmico para ambientes confortables.
Para agregar más ventajas a este aislante térmico, diremos que los componentes son ecológicos por lo que no dañan el ambiente y se encuentran de manera abundante en la naturaleza. Hasta aquí cumple con todos los requisitos para ser un buen sustituto de las ventanas tradicionales.
La propiedad que adiciona esta novedosa tecnología es su capacidad de autolimpieza, lo que lo convierte en un maravilloso aliado para quienes gozan de un espacio iluminado, pero sin necesidad de un mantenimiento de aseo constante y que conserve la intimidad del espacio interior.
Más cifras que corroboran su efectividad
El estudio reportó un nivel de emisividad de 0,98 en un rango de 8 a 13 micromoles y comprobó que debido a su capacidad de espectrofotometría, el aislante térmico puede descender la temperatura de una habitación expuesta a la luz del sol hasta 6 grados más que un vidriado tradicional.
El efecto hidrófobo que proporciona este aislante térmico que puede reemplazar al vidrio es similar al de la flor de loto ya que su superficie no deja penetrar las gotas de agua ni el polvo del ambiente, resbalando y cayendo por su propio peso. Esto no sucede en un vidrio convencional en el que las gotas se adhieren y fluyen lentamente
Las conclusiones definitivas del experimento con el aislante térmico resaltan su nivel de transmitancia de la luz, pero con características difusas para reservar la privacidad. Además, logra un enfriamiento radioactivo que reduce el consumo de electricidad en el ambiente. Por último, sus capacidades superhidrófobas que lo hacen autolimpiante y su nivel de sostenibilidad con el medio ambiente lo convierten en todo un éxito.













