La autonomía de los vehículos eléctricos ha sido siempre una cuestión problemática —aunque este invento la acaba de duplicar—. En el resto de coches, también los de combustión, existe un problema que siempre te habrá preocupado. Esa es la razón por la que hoy te vamos a hablar de una solución prometedora, nada menos, que un metal que tiene vida y va a evitarte la reparación más costosa que existe.
El primer metal que tiene vida, un hito histórico en la ingeniería
Las baterías de iones de litio se han convertido en la principal fuente de almacenamiento de energía para vehículos eléctricos en las últimas décadas. Sin embargo, presentan algunas limitaciones importantes, como su alto costo, problemas de seguridad y la dependencia de metales escasos como el cobalto.
Recientemente, los investigadores han desarrollado una nueva clase de materiales llamados cristales metálicos orgánicos que podrían revolucionar el almacenamiento de energía en los coches eléctricos. Estos materiales combinan metales y compuestos orgánicos para formar estructuras cristalinas.
Los cristales metálicos orgánicos surgen como una alternativa prometedora a las baterías de iones de litio, ofreciendo ventajas en términos de sostenibilidad, costo y seguridad. Lo cierto es que, como mínimo, nos sorprende el potencial de esta nueva tecnología para transformar el futuro de la movilidad eléctrica.
Reducir la dependencia del cobalto, una necesidad cada vez más urgente
La transición hacia los vehículos eléctricos es clave para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. Sin embargo, la fabricación de baterías de iones de litio, esenciales para los coches eléctricos, depende en gran medida del cobalto, un material cada vez más controvertido.
Se estima que más del 50 % de la producción mundial de cobalto se utiliza para fabricar baterías de iones de litio. De hecho, este es un material que perjudica no solo en términos medioambientales, también sociales (no hay más que recordar el neocolonialismo asociado a su extracción).
El cobalto es un recurso limitado y su extracción se concentra en unos pocos países. La República Democrática del Congo acapara más del 70 % del suministro mundial de cobalto. Esta dependencia genera problemas de abastecimiento y precio. Además, la minería del cobalto conlleva graves impactos sociales y medioambientales.
Por todo ello, los investigadores buscan alternativas sostenibles al cobalto, que permitan fabricar baterías de alta densidad energética sin comprometer el medioambiente ni los derechos humanos. Un reciente avance del MIT podría marcar un punto de inflexión en este sentido.
La solución para los coches del futuro, un metal que tiene vida
Investigadores del MIT han desarrollado un nuevo tipo de cristal metal-orgánico que podría utilizarse para crear baterías más sostenibles y eficientes. Este novedoso material está compuesto de iones de metales abundantes como manganeso, hierro, cobalto y vanadio, unidos con moléculas orgánicas.
A diferencia de los metales inorgánicos tradicionales, este cristal metal-orgánico combina las propiedades conductoras de los metales con la versatilidad y sostenibilidad de los compuestos orgánicos. Los investigadores crearon este material utilizando técnicas de síntesis por diseño racional.
Mediante la elección cuidadosa de los componentes orgánicos e inorgánicos, fueron capaces de ensamblar el cristal a nivel molecular y controlar sus propiedades finales. Las pruebas iniciales muestran que este cristal metal-orgánico tiene excelentes propiedades para el almacenamiento y conducción de iones.
Esta avance deja claro cómo los coches del futuro, de seguir así, pasarán mucho menos por el taller. ¿Crees que sea el caso también de los eléctricos? Este metal orgánico ha sido una solución idónea, aunque justo acabamos de salir de una época complicada para las averías. Quizá el año que viene no sea así, ahora que se ha desarrollado la primera carretera que es capaz de derretir la nieve.













