La forma en que nos movemos por las ciudades está por cambiar completamente. Durante la última década, la tecnología redefinió el transporte personal a través de aplicaciones móviles. La próxima fase de esta evolución ya está en marcha. La idea de vehículos que navegan por calles concurridas, detectan obstáculos y obedecen señales de tránsito sin intervención humana está pasando rápidamente de ser un concepto futurista a un plan realmente posible. ¿Hasta que punto puede evolucionar la forma en la que nos transportamos?
El atractivo de la autonomía total
La automatización ya es una realidad. No se trata de un simple capricho tecnológico sino que responde a objetivos económicos y logísticos muy claros. La razón de ser de estos vehículos es redefinir la eficiencia operativa. El objetivo principal es ofrecer un servicio que esté disponible las 24 horas al día, los 7 días de la semana, los 365 días de año. Además, se busca aumentar la seguridad al reducir el potencial del error humano.
Sin embargo, no todo es color de rosa. Aunque la automatización parece ser una solución para nuestras vidas, puede dejar a una gran parte de la población sin trabajo. Esta es una preocupación que se repite en todos los sectores. La logística, la construcción y ahora podría llegar a la movilidad. ¿Hasta donde llegará? ¿Es posible competir contra ella?
La automatización significa una reducción importante en los costos de operación. Al eliminar el salario del conductor de la ecuación, el modelo de negocio de transporte bajo demanda cambia por completo. Esto abre la puerta a una implementación masiva y rentable. Pero también deja en evidencia una preocupación enorme: ¿qué pasará con los conductores?
Uber quiere ir más allá y tiene un plan
Acá es donde Uber entra en escena con un plan totalmente ambiciosos. Quiere desplegar una flota masiva de robotaxis que podría alcanzar hasta los 100 000 vehículos autónomos. No se trata de un experimento aislado, es una estrategia que involucra inversiones y alianzas de alto nivel. El primer despliegue pretende hacerse el próximo año.
Este lanzamiento se realizará en colaboración con los vehículos eléctricos de Lucid y la empresa de tecnología autónoma Nuro. El acuerdo incluye un despliegue de una gran cantidad de vehículos equipados con el sistema de conducción Nuro Driver de Nivel 4. Para garantizar la seguridad, se está probando una flota de más de 100 vehículos en simulaciones, circuitos cerrados y carreteras supervisadas. Uber asumirá la gestión de la flota, incluyendo la asistencia remota, la carga, el mantenimiento y la atención al cliente.
Para el componente de inteligencia artificial realizará alianzas con Nvidia. Uber recopilará más de tres millones de horas de datos de conducción específicos para entrenar y validar modelos de IA. Por su lado, Nvidia proporcionará los procesadores, modelos de IA y herramientas de simulación para gestionar estos datos. Así se pretende acortar el camino para la implementación real de estos autos.
¿Por qué el futuro de los taxistas es incierto?
La combinación de la inteligencia artificial y la fabricación a gran escala pueden tener como resultado que veamos en la calle más robotaxis que conductores reales. Esto representa una solución pero también un enorme problema. La conducción es la fuente de trabajo de miles de personas. Este modelo de movilidad se basa en reemplazar la función del conductor humano.
La amenaza dejó de ser teórica, el impacto económico sobre quienes manejan es una posibilidad muy real. Se estima que miles de empleos a nivel global estén en riesgo si la automatización sigue avanzando velozmente. Esta transición genera un debate. Son necesarias políticas públicas, programas de reentrenamiento y el apoyo económico para los trabajadores reemplazados. Aunque también pueden surgir empleos transitorios como el de «conductor remoto» u otros operarios, es necesario tomar medidas y respaldar a quienes hoy tienen trabajo, pero mañana pueden ser reemplazados.













